Desde el Gobierno, desde el partido Pueblo de la Libertad,... sólo ha habido una voz discordante, la del diputado radical Benedetto Della Vedova, quien se ha mostrado contrario a "secuestrar por decreto el cuerpo de Eluana y de subvertir el resultado de un largo proceso judicial".
En la clínica La Quiete de Udine comenzó ayer la suspensión gradual de la alimentación e hidratación artificiales de Eluana Englaro, allí ingresada desde el martes. La atienden gratuitamente doce voluntarios (dos médicos y diez enfermeras) que han aceptado el penoso cometido. La clínica depende del Ayuntamiento y los voluntarios son profesionales externos, de modo que el servicio sanitario regional de Friuli-Venecia Julia no puede intervenir, como querría el ministro de Sanidad.
Eluana Englaro, la paciente en coma irreversible cuyo destino tiene en vilo a Italia, inició ayer su camino hacia la muerte mientras su desdichado caso hacía estallar un conflicto institucional sin precedentes entre el Gobierno y la jefatura del Estado. La grave crisis institucional añadió un cariz aún más dramático a la dolorosa situación: Eluana, que tiene ahora 38 años, se halla en estado vegetativo irreversible desde hace 17, y su padre, Beppino Englaro, ha librado una larga y dura batalla legal para obtener el permiso judicial para desconectar a su hija.
Beppino Englaro
En virtud de una sentencia del Tribunal Supremo, ayer por la mañana comenzó en una clínica de Udine, en el norte del país, la suspensión gradual de la alimentación e hidratación artificial a la paciente, que la conducirá a la muerte en un plazo de tres semanas, según los expertos. Sin embargo, el Ejecutivo de centroderecha inició de improviso una inaudita carrera contra reloj para evitar que el proceso siga adelante.
Ayer al mediodía, en abierto desafío a Giorgio Napolitano, presidente de la República, el primer ministro del centroderecha, Silvio Berlusconi, aprobó un decreto ley urgente para impedir la desconexión de Eluana, después de haber recibido esa misma mañana una carta de Napolitano en la que le alertaba de que no lo firmaría. De la preparación de ese decreto se tenía conocimiento ya en la tarde del jueves.
La Constitución italiana prevé que todo decreto urgente sea rubricado por el jefe del Estado, y Napolitano sostenía en su misiva matinal que tal decreto carecía de "los requisitos de extraordinaria necesidad e urgencia previstos en el artículo 77 de la Constitución". Pese a la oposición del Quirinal, el Consejo de Ministros aprobó por unanimidad el decreto. Por la tarde, el jefe del Estado reafirmó su negativa a ratificarlo, tachándolo de inconstitucional.
El Vaticano se apresuró a alabar la medida de Berlusconi como"gesto de gran coraje", y a criticar a Napolitano. Así, el cardenal Renato Martino, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, se dijo "profundamente decepcionado" por la decisión del Quirinal de no firmar el texto.
"Eluana es una persona viva, respira, sus células cerebrales están vivas y, como hipótesis, podría incluso tener hijos - había dicho Berlusconi en rueda de prensa, para justificar su decisión-.Es necesario todo esfuerzo para que no se la haga morir". Entonces, il Cavaliere lanzó un último pulso a Napolitano: "Si el jefe del Estado no firma, y asume esa responsabilidad ante una vida, invitaremos al Parlamento a reunirse ad horas y a aprobar, en dos o tres días, una ley que anticipe la que se encuentra ya en proceso legislativo." Por tratarse de una ley emanada del Parlamento, sería de obligada firma por parte del presidente de la República.
El propio Napolitano se ha desgañitado durante meses pidiendo al Parlamento una ley consensuada de testamento vital, ley prisionera del lento trámite parlamentario y de la división en el seno de casi todos los partidos, y por la que el centroderecha siente ahora un súbito interés. Por eso, Napolitano no juzgaba constitucionalmente urgente un decreto, concebido a las claras sólo para el caso Eluana.
La expresión latina ad horas,usada por Berlusconi, significa "en pocas horas". Dicho y hecho: anoche, un Consejo de Ministros extraordinario aprobó un proyecto de ley de un solo párrafo que irá al Senado. Dice así: "En espera de la aprobación de una disciplina legislativa completa y orgánica sobre el fin de la vida, la alimentación e hidratación como formas de sostén vital y con la finalidad fisiológica de aliviar el sufrimiento no pueden ser suspendidas en modo alguno por quienes asisten a personas sin capacidad para velar por sí mismas".
La desconexión de Eluana debería ser entonces, en teoría, suspendida, pero, según los médicos, el margen de vuelta atrás en el proceso de retirada de alimentación es de 48 horas. De ahí la velocidad imprimida por Berlusconi a esta cruzada. Beppino Englaro, el padre de Eluana, afirmó ayer que seguirá adelante y que se halla "demasiado trastornado como para poder pensar".
La única voz discordante en el coro del centroderecha fue la del presidente de la Cámara, Gianfranco Fini, líder del partido derechista Alianza Nacional, que apoya al Quirinal. El centroizquierda ha preferido no abundar en el caso Eluana y concentrar sus críticas a Berlusconi en su "comportamiento irresponsable por crear un conflicto institucional".
7-II-09 M-P. López, lavanguardia