El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) dictó
ayer su primera sentencia sobre los crímenes de guerra contra la
minoría albanesa en Kosovo durante los años noventa: absuelve al ex
presidente de Serbia Milan Milutinovic, pero condena severamente al ex
viceprimer ministro yugoslavo Nikola Sainovic y a otros cuatro altos
cargos.
Considerado por los jueces el brazo derecho del ex presidente yugoslavo
Slobodan Milosevic, Sainovic ha sido condenado por su implicación
directa y mando en el ejército federal a 22 años de prisión, pena que
también le ha sido impuesta a los ex generales del ejército y de la
policía Nebojsa Pavkovic y Sreten Lukic, respectivamente.
El ex jefe del ejército Dragoljub Ojdanic yel ex general Vladimir
Lazarevic han sido condenados a penas más leves, 15 años de cárcel,
entre otras razones porque no se demostró que compartieran la intención
de deportar a los más de 700.000 albaneses de Kosovo en 1999.
Lo más llamativo de la sentencia, sin embargo, ha sido la puesta en
libertad de Milutinovic, exculpado de todos los cargos. Los jueces
consideran que Milutinovic "no tenía control directo" sobre el ejército
federal, cuya dirección era ejercida por el ya fallecido Slobodan
Milosevic. Además, sostienen que "no se ha probado" que el que fue
presidente de Serbia entre 1997 y el 2002 "tuviera una relación de
amistad estrecha" con Milosevic.
Los magistrados afirman que Sainovic, y no Milutinovic, "era el
asociado de mayor confianza de Milosevic", a quien proporcionaba
información. Sainovic era "el representante personal de Milosevic en
Kosovo (...), estaba bien informado y era consciente de los crímenes
perpetrados". "Sainovic ejercía un poder sustancial sobre el ejército
yugoslavo y sobre la policía y contribuyó significativamente a la
comisión de crímenes", se lee en la sentencia, que, sin embargo, estima
que desconocía que también se asaltaba sexualmente a las mujeres
albanokosovares.
La sentencia coincide en que Lukic y Pavkovic - que, como Sainovic, han
sido condenados a 22 años de cárcel-ejercían "una autoridad sustancial"
sobre el ejército y la policía yugoslava, respectivamente. Ambos
compartían la "intención de deportar a los albanokosovares", pero
mientras que Pavkovic "podía intuir que se cometiesen asesinatos y
asaltos sexuales por parte de las fuerzas del ejército yugoslavo", en
el caso de Lukic eso solamente era así en los crímenes de destrucción y
asesinato, pero no en las violaciones.
En el caso de Ojdanic y Lazarevic, condenados a 15 años de prisión, los
jueces consideran que no tenían la intención de deportar a los
kosovares. Ambos prestaron asistencia a quienes perpetraron los
crímenes, con lo que su comportamiento tuvo un "efecto sustancial"
sobre la deportación de los albaneses.