La UE limita su colaboración con la Administración Obama para el cierre de Guantánamo a la recolocación de detenidos "limpios y liberables". Es decir, personas contra las que no hay cargos y que no entran en la categoría más conflictiva, aquellas que no se puede juzgar pero que EE. UU. cree que son una amenaza para la seguridad. Según las ONG que han tenido acceso a los expedientes de los presos, hay entre 50 y 60 personas declaradas liberables pero que siguen en Guantánamo por temor a represalias si vuelven a sus países de origen. Un informe publicado ayer por el Pentágono indica que un 5% de los presos liberados se han implicado después en actividades terroristas. Los gobiernos europeos se reservan el derecho a hacer sus propios análisis de seguridad y piden acceso a toda la información disponible sobre los presos y a aquella que EE. UU. obtenga después. Francia acaba de acoger a un ex preso argelino que ha denunciado torturas.
No todo son reveses para Barack Obama y su promesa de cerrar la prisión de Guantánamo en el 2010, frenada por la parte económica por el Congreso y el Senado. La UE sigue queriendo colaborar con EE. UU. en este terreno y, ayer, los gobiernos europeos pactaron el mecanismo de intercambio de información que permitirá a los países que lo deseen autorizar el traslado de presos liberados, con expediente limpio, a su territorio.
La decisión se formalizará la semana que viene por los ministros de Interior de los Veintisiete y deja en manos de cada gobierno la respuesta que darán a la petición de Obama para recolocar a unos 50 de los 250 presos que quedan en el penal. No todos los países europeos están dispuestos a colaborar, pero los que lo hagan (España, Francia, Reino Unido, Italia y Alemania, entre otros, se han ofrecido) tendrán que compartir con sus socios europeos la información sobre estas personas. Tanto antes de autorizarlas a entrar en la UE, como después, para estar al corriente de cómo avanza su integración en el país de acogida, según consta en el documento pactado ayer por los embajadores de los Veintisiete.
Así, la UE descarta pactar un estatus legal único para estas personas y opta por que cada país decida si les ofrece asilo político o simplemente un permiso de residencia. El acuerdo recoge el ofrecimiento de EE. UU. de sufragar los gastos de mantenimiento de estas personas (traslado, vivienda, atención sanitaria, reagrupación familiar, etcétera), pero dejando claro "que no se trata de ningún tipo de compensación por haber pasado por Guantánamo", explican fuentes del Consejo. Este asunto también será negociado bilateralmente por Washington.
Aunque países como Austria o Polonia, que descartan acoger prisioneros, reclamaban que se dejara constancia escrita de que estas personas tendrían limitada su libertad de circulación dentro de la UE y el espacio Schengen libre de fronteras, las dificultades legales para justificar semejante medida han convencido a los gobiernos de que este asunto se negocie, si se cree necesario, de forma bilateral.
"Si partimos de la base de que son personas inocentes, no hay base para aplicar estas medidas. Pero es bastante probable que los gobiernos pacten con ellas algún tipo de control", afirman fuentes del Consejo. Abogados de la ONG británica Reprieve, que defiende a presos de Guantánamo, aseguran que sus clientes están dispuestos a firmar cláusulas por las que renunciarían a la libre circulación a cambio de obtener residencia.
En paralelo, los gobiernos europeos negocian con la Administración Obama una declaración política que justifica la colaboración en Guantánamo y que sienta las bases para un futuro pacto de cooperación en materia antiterrorista. El punto más discutido por Washington, sin cuestionar el principio, es recordar "el deber de admitir en EE. UU. a los ex presos que lo deseen". "Si no queda claro, la opinión pública europea no lo entendería", consideran las fuentes.
Ambas partes discutieron ayer el borrador del acuerdo por videoconferencia. "Cuanto antes, mejor", fue la conclusión, según fuentes de la presidencia checa de la UE, partidaria de firmarlo en junio. Por diferentes razones, ambas partes lo necesitan: la UE, como un rédito político a su gesto, y Obama para vencer las resistencias internas y dar salida a algunos presos.
28-V-09, B. Navarro, lavanguardia