El gen p53, conocido como el guardián del genoma porque intercepta las células defectuosas y evita que causen cáncer, también actúa como un guardián a la hora de evitar que las células regresen a su estado embrionario y se conviertan en células madre. Pero si se deja al guardián fuera de servicio, es posible facilitar la obtención de células madre y avanzar en las investigaciones de medicina regenerativa.
Es la conclusión a la que han llegado cinco equipos científicos que presentaron ayer sus resultados en la edición electrónica de la revista Nature. Tres de estos equipos están dirigidos por investigadores españoles: María Blasco, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en Madrid; Manuel Serrano, también del CNIO, y Juan Carlos Izpisúa, del Centre de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB).
Los otros dos están dirigidos por dos de los máximos expertos mundiales en células madre: Shinya Yamanaka, de la Universidad de Kioto (Japón), que hace tres años consiguió la proeza de generar células madre sin embriones, y Konrad Hochedlinger, del Instituto de Células Madre de Harvard (EE. UU.), que hace dos años mejoró la técnica de Yamanaka.
Que tres de las cinco investigaciones se hayan dirigido desde Madrid y Barcelona "es un reflejo del liderazgo que España está adquiriendo en el campo de las células madre", destaca Juan Carlos Izpisúa.
No son investigaciones que vayan a tener una utilidad práctica inmediata para obtener tratamientos de medicina regenerativa, advierte María Blasco. Estos tratamientos siguen siendo un objetivo a largo plazo para tratar enfermedades crónicas o degenerativas como la diabetes, el parkinson o la insuficiencia cardiaca.
La importancia de las nuevas investigaciones está en que aclaran cómo las células de un organismo adulto pueden volver a convertirse en células madre como las embrionarias. Hasta ahora este proceso "era una caja negra donde no se sabía qué pasaba, se pensaba que era algo incontrolable", explica María Blasco. "Estos trabajos aclaran mucho qué hay en la caja negra, esto es importante para que algún día se usen las iPS [ células madre como las embrionarias] en terapia".
Los cinco equipos científicos han llegado a la misma conclusión general sobre el papel del gen p53 haciendo investigaciones distintas y complementarias. El equipo de María Blasco, por ejemplo, ha observado que el gen p53 realiza un control de calidad de las células y no tolera que células con defectos genéticos regresen al estado embrionario. El equipo de Manuel Serrano ha observado que el control de calidad de p53 está gobernado por una región del genoma llamada Ink4/ Arf. Y el de Juan Carlos Izpisúa ha descubierto que, si se inactiva el gen p53, se puede aumentar la producción de células madre a partir de células adultas,
Dado que p53 es imprescindible para evitar el cáncer, los investigadores no se plantean desarrollar tratamientos de medicina regenerativa a partir de células y tejidos que tengan el gen p53 inactivado. "Estamos explorando la posibilidad de bloquear p53 de manera transitoria, pero todavía estamos lejos de poder generar una célula iPS totalmente segura y libre de cáncer", admite Izpisúa.
10-VIII-09, J. Corbella, lavanguardia