A Benedicto XVI le preocupa en extremo lo que considera una deriva hacia el relativismo ético en las sociedades occidentales de tradición cristiana. De ahí que el Papa aprovechara la celebración estos días en Poznan (Polonia) del congreso mundial de las federaciones de farmacéuticos católicos para exhortar a estos profesionales, a través de un mensaje, a que nunca renuncien a sus convicciones morales y a que actúen en el marco del respeto estricto de la vida y de la dignidad del ser humano.
En una referencia implícita a la píldora abortiva, a los anticonceptivos y a los fármacos susceptibles de ser utilizados en casos de eutanasia, el Papa afirmó: "En la distribución de los medicamentos, el farmacéutico no puede renunciar a las exigencias de su conciencia en nombre de las leyes del mercado o en nombre de las legislaciones complacientes". El Santo Padre agregó que "para el farmacéutico católico, el magisterio de la Iglesia sobre el respeto de la vida yde la dignidad de la persona humana desde la concepción hasta sus últimos momentos es de naturaleza ética y moral". Más adelante, sus argumentos fueron aún más explícitos: "No es posible anestesiar la conciencia, por ejemplo, sobre los efectos de moléculas que tienen como fin evitar la implantación de un embrión o abreviar la vida de una persona".
14-IX-09, E. Val, lavanguardia