El movimiento verde que nació hace tres meses como protesta al resultado de las elecciones presidenciales en Irán dejó claro ayer que no ha muerto. Decenas de miles de iraníes, incluidas cientos de personas mayores y familias enteras, volvieron a salir a las calles aprovechando que ayer estaba convocada la gran marcha contra Israel - el día de Jerusalén-,que se celebra cada año en Irán en el último viernes de Ramadán. Algunos de los más notorios miembros de la oposición, como Mohamed Jatami y Mir Hosein Musavi, fueron agredidos por fieles al régimen de Ahmadineyad.
Cientos de miles de seguidores y opositores del Gobierno se encontraron al mismo tiempo en las calles de Teherán, en una de las manifestaciones más multitudinarias que se han visto desde las elecciones del 12 de junio. "Uno de los aspectos que más impactaron fue ver a muchas personas importantes, incluidos los ex candidatos Mehdi Karrubi y Mir Hosein Musavi, quienes están siendo perseguidos ahora más que nunca. Es posible que los puedan meter presos pronto", dijo a La Vanguardia una joven de 29 años que participó en la marcha. "Yo caminé un largo rato al lado del señor Karrubi y la gente le gritaba muchas cosas, que no los abandonara, que siguiera adelante con las denuncias". Karrubi fue la primera personalidad iraní que habló de las posibles violaciones y abusos sexuales en las cárceles.
"Los basiyis tiraron gases lacrimógenos para dispersar la marcha e intentaron pegarnos, pero mucha gente les respondió - afirmó la joven, que aseguró haber sido testigo de la detención de uno de los manifestantes-.Por lo que yo pude ver, no fue una marcha tan violenta como otras". Según versiones de alguna páginas web reformistas, el ex presidente Mohamed Jatami fue atacado por un grupo de seguidores del Gobierno que le gritaban "traidor" y que trataron de agredirlo con una navaja. Jatami fue protegido por sus guardaespaldas y algunos policías, que pudieron introducirlo en un coche, aunque perdió su turbante.
Una situación similar pudo darse con Musavi cuando se encontraba en una céntrica plazoleta llamada Palestina. Al final, Musavi abandonó el lugar en un coche de sus seguidores, que gritaron durante toda la mañana "Muerte al dictador", "Muerte a Rusia" y "Ni Gaza, ni Líbano, mi vida por Irán".
Mientras miles de personas gritaban en las calles, en la Universidad de Teherán, Ahmadineyad repetía una vez más que el holocausto es una "mentira" y que el "régimen (de Israel) no tiene futuro, su vida ha llegado al final".
Mahmud Ahmadineyad tiene previsto viajar a Nueva York para la Asamblea General de la ONU, ante lo cual, según algunas versiones, miles de emigrantes iraníes en Estados Unidos y Canadá preparan manifestaciones.
19-IX-09, F. Pla, lavanguardia