Hillary Clinton quiso dejar huella. Su huella. Aunque fuera por un día, la responsable de la política exterior de Estados Unidos ejerció de presidenta del Consejo de Seguridad de la ONU. Lo hizo la jornada en la que concluía el mandato de su país en este órgano decisorio de las Naciones Unidas, la sesión en la que, precisamente, el Consejo aprobó por unanimidad la resolución donde se condena la violencia sexual contra mujeres y niñas en zonas de guerra.
"Las mujeres, que no son las que empiezan los conflictos, son las que los sufren. Ellas y los menores son sus principales víctimas". Así lo subrayó la secretaria de Estado, una de las impulsoras de la iniciativa de Washington. Su contundente alegato se inspiró en su reciente viaje por la República Democrática de Congo, donde se encontró con numerosas víctimas de abusos sexuales. Clinton insistió en que la ONU tiene una obligación especial en la protección de estos colectivos por ser los más vulnerables. "Deshumanizar la violencia sexual -prosiguió- no sólo causa dolor a un individuo o a una familia o a un pueblo, también destroza el tejido de lo que nos mueve a nosotros como seres humanos".
El de Congo es uno de los ejemplos más actuales, donde una media diaria de 36 mujeres y adolescentes sufren violaciones. Pero este tipo de violencia se ha visto en otros muchos conflictos, desde el mismo continente africano hasta Asia o Europa. Sólo en el periodo bélico de los Balcanes, en la pasada década, se registraron más de 60.000 víctimas.
"Es el momento de que asumamos nuestra responsabilidad más allá de la condena de esas conductas. Hemos de tomar decisiones para zanjar esta situación, para hacerla socialmente inaceptable, para que se reconozca que no es cultural sino que es criminal", sostuvo Hillary Clinton.
El texto aprobado en la sesión de ayer -enlaza con las resoluciones 1325 y 1820, de los años 2000 y 2008, cuando se empezó a tomar conciencia- subraya que poner coto a la impunidad es esencial "si una sociedad está en conflicto o recuperándose". Su objetivo pasa por acabar con los abusos cometidos contra los civiles y prevenirlos de cara al futuro. La medida, que logró los quince votos del citado organismo, supone la constitución de la figura de un enviado especial de la ONU que coordine los esfuerzos para combatir el uso de la violación como arma. También significa que las Naciones Unidas dispondrán de un equipo técnico para asesorar a los gobiernos sobre la mejor manera de perseguir a los infractores.
"Con esta resolución, el Consejo de Seguridad manda un mensaje sin equívocos, que es una llamada a la acción. Es una ambiciosa plataforma para intensificar la lucha". Lo dijo Ban Ki Mun, secretario general de la ONU.
1-X-09, F. Peirón, lavanguardia