El Gobierno británico ha anunciado planes para combatir la descarga ilegal de vídeos y música en internet inspirados en la ley que se acaba de aprobar en Francia. Los infractores recibirán primero una tarjeta amarilla en forma de carta de amonestación, si la ignoran se les reducirá la velocidad de su banda ancha, y finalmente se les cortará temporalmente el servicio.
Hasta ahora el Reino Unido había tenido una actitud bastante laxa hacia el pirateo, pero las presiones de la industria discográfica y del cine -muy afectadas por las descargas y copias ilegales de sus productos- han forzado finalmente un polémico endurecimiento de la legislación. Los servidores de internet se oponen porque van a aumentar sus costes y no quieren ejercer de policía, mientras que los artistas están divididos.
Las medidas punitivas entrarán en vigor en el 2011, y sólo se aplicarán a los piratas más descarados que utilicen conocidas páginas web para descargar material con ánimo de lucro. El Gobierno introducirá una cláusula que legalizará, por ejemplo, que los miembros de una misma familia puedan compartir una canción en todos sus iPods sin temor a ser criminalizados y quedarse sin acceso a internet.
De acuerdo con el plan, los proveedores de internet como BT, AOL o Virgin serán los encargados de observar la red para detectar a los piratas, yde enviarles cartas de advertencia. Los costes adicionales de esta tarea redundarán en un aumento de las cuotas mensuales de alrededor de 3 euros. Grupos de consumidores han expresado su oposición, tanto por razones económicas como de libertad de los derechos individuales.
29-X-09, R. Ramos, lavanguardia