Los poderes espirituales y terrestres de Irlanda, la Iglesia yel Estado, se confabularon durante décadas para ocultar los abusos sistemáticos de niños y niñas por parte de sacerdotes y monjas, incluyendo violaciones y palizas, según un exhastivo informe que figuraba en manos del Gobierno de la República desde hace meses pero tan sólo ahora se ha dado a conocer a la opinión pública.
El documento, de 720 páginas, analiza más de 300 incidentes atribuidos a 46 curas, pero deja bien claro que se trata únicamente de la punta del iceberg. Tan sólo en la diócesis de Dublín un centenar y medio de sacerdotes han sido acusados de abusos, y a ellos hay que añadir centenares más en el resto del país y miembros de congregaciones como los Hermanos Cristianos, que regentaban hospicios y orfanatos.
Sonrojado por un informe que acusa al Estado de conspirar en el encubrimiento de uno de los mayores escándalos en la historia de la República de Irlanda, un Gobierno ya de por sí en graves apuros por la crisis económica ha pedido perdón a las víctimas, a sus familiares y al país en general por las acciones y omisiones de sus predecesores en el poder. El caso salpica con especial saña al Fianna Fail, socio mayoritario de la actual coalición y que domina la política irlandesa desde la independencia del Reino Unido.
La existencia de los abusos había quedado ya establecida y fue objeto de un anterior informe. La novedad del ahora divulgado se centra en la conspiración entre el Estado y la Iglesia católica - que ha tenido enorme influencia en Irlanda y aunque debilitada sigue siendo muy poderosa-,y en los extraordinarios esfuerzos de ambas instituciones para ocultar el escándalo y preservar su reputación, aun a expensas de los derechos de niños inocentes.
Los investigadores, encabezados por un juez y dos abogados, han tenido acceso a 60.000 archivos secretos de las iglesias de Dublín, incluidos 5.500 documentos que el cardenal Desmond Connell, ex arzobispo de la capital, guardaba bajo llave en su caja fuerte personal. Una de las revelaciones más sensacionales, y que ha servido para desmontar la defensa de que las autoridades eclesiásticas ignoraban los abusos cometidos por sus sacerdotes, es que la Iglesia contrató ya en 1987 una póliza de seguros para cubrirse de los costes legales y las compensaciones de futuras demandas. Por aquel entonces, la jerarquía católica tenía ya conocimiento de incidentes atribuidos a 17 curas.
"No tenemos ninguna duda de que los 46 sacerdotes que hemos investigado abusaron de al menos 320 niños - afirma el documento-.Sólo uno de los acusados ha admitido la comisión de delitos sexuales en un centenar largo de ocasiones, y otro ha confesado que abusaba de un menor cada 15 días por término medio, durante un ministerio que se prolongó a lo largo de un cuarto de siglo. Son cifras escalofriantes".
El periodo objeto de esta investigación abarca desde 1975 hasta el 2004, pero los abusos de niños en Irlanda se remontan a los cuarenta. Tres arzobispos de Dublín prefirieron guardar silencio y trasladar de parroquia a los curas implicados para "proteger la reputación de la Iglesia", y marginaron a un pequeño número de sacerdotes valientes que dio la cara y denunció los delitos.
27-XI-09, R. Ramos, lavanguardia