Haidar rechaza los nuevos ofrecimientos y seguirá en huelga de hambre
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La activista saharaui Aminetu Haidar completa este domingo su tercera semana en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote, en demanda de poder regresar a El Aaiún, y su vida "ya corre peligro", según fuentes de su entorno.
La plataforma de apoyo de la activista ha exigido que intervenga ya en el asunto el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el Rey de España y "que obliguen al gobierno marroquí a que permita el regreso de Aminatu a El Aaiún", ha afirmado el presidente de la Federación Estatal de Instituciones Solidarias con el Sáhara de España.
Mientras tanto, el Gobierno español ha asegurado a Marruecos que las "sólidas" relaciones entre ambos países no se verán afectadas por "el aislado caso" de la activista saharaui Aminetu Haidar y entiende que la retirada del pasaporte a Haidar y su posterior expulsión a Lanzarote estuvieron motivadas por una "simple aplicación de la Ley", según revelaron este sábado dos altos cargos del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM) de Marruecos.
"Las relaciones entre España y Marruecos están forjadas sobre unas bases sólidas, por lo que no se verán afectadas por el caso de Aminetu Haidar", indicó el presidente de la Cámara de Consejeros de Marruecos y secretario general del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), Mohamed Cheij Biadilá, al término una reunión en El Aaiún entre la cúpula de su partido y diputados regionales de Marruecos en territorio saharaui. Biadilá trasladaba así a sus compañeros el contenido de la reunión del pasado jueves en Madrid con la secretaria de Política Internacional del PSOE, Elena Valenciano, quien a su vez describió el encuentro como "correcto, cordial y, sobre todo, muy sincero", pero en el que, "desgraciadamente", no vio "ni una rendija abierta a la posibilidad de que acepten a Haidar en las condiciones en las que ella quiere viajar".
"Los responsables políticos con los que me reuní en Madrid hacen una clara distinción entre el aislado caso de Aminetu Haidar y las relaciones entre Marruecos y España, forjadas sobre unas sólidas bases y el interés común", indicó Biadilá en una rueda de prensa recogida por la agencia estatal MAP.
Por su parte, el ex secretario de Interior y también alto cargo del PAM, Fuad Alí El Hima, afirmó que España "es consciente de que la medida tomada por las autoridades marroquíes contra Haidar es una simple aplicación de la Ley que se ajusta al derecho internacional" e instó al Gobierno español a interceder en favor de Marruecos por el bien de "los intereses comunes" y las "relaciones de vecindad" entre ambos países.
"Queremos aprovechar esta reunión en El Aaiún para enviar un fuerte mensaje a España", indicó El Hima durante la rueda de prensa. "España debe hacer una elección: Seguir al lado de un país como Marruecos, que ha demostrado su capacidad de controlar los peligros a los que se enfrentaba España (inmigración clandestina, tráfico de drogas y terrorismo extremista), o ponerse al lado de una región (el Sáhara Occidental), con los riesgos que eso implicaría para el futuro de España y de la Unión Europea", añadió.
La salud de la activista saharaui Aminetu Haidar, en huelga de hambre desde el pasado 15 de noviembre, se deteriora por momentos, su reserva física se agota y existe la certeza de un riesgo de deterioro irreversible de su salud, que se aproxima y que es "incompatible" con la vida, según el último informe médico realizado por el doctor Domingo de Guzmán Pérez Hernández. Tras 22 días sin ingerir ningún tipo de alimento, la activista saharaui presenta hipotensión ortostática, cefalea, desvanecimientos frecuentes, dolor ocular, fotofobia, pérdida ponderal, dolor muscular, articular y óseo en diferentes localizaciones.
6-XII-09, S. Heredia, lavanguardia
Aminatu Haidar (42 años, dos hijos), mujer enjuta y frágil, circula en silla de ruedas por los pasillos del aeropuerto de Lanzarote. Acorralada entre sus creencias nacionalistas y las trabas políticas, la mujer ya suma 21 días en huelga de hambre, una postura que ha acabado saltando a un primer plano: conforme merma su salud, se multiplica la irritación en el seno del Gobierno español. El laberinto vivió ayer un nuevo episodio. Según un comunicado del ejecutivo marroquí, el reino alauí no admitirá en su territorio a la activista saharaui mientras no pida perdón, una perspectiva improbable: "Yo no he creado esta situación de crisis - ha dicho Haidar, con un hilillo de voz, en los últimos días-.Los responsables son los gobiernos español y marroquí". La situación, que se agrava día a día, podría degenerar en un conflicto diplomático entre los dos países.
A la espera de nuevos episodios, y pese al conflictivo capítulo del vuelo Lanzarote-El Aaiún que no pudo realizarse (ver información adjunta), España descarta elevar una protesta diplomática. Por ahora, se considera que sólo un acuerdo con Rabat permitirá que Haidar regrese al Sáhara. Y esto necesita de mucha conversación entre bambalinas.
Han pasado 24 días desde el 13 de noviembre, fecha de inicio del proceso. Procedente de Nueva York - donde había sido premiada por su defensa de los derechos humanos en el Sáhara Occidental-,Haidar fue detenida cuando volvía a casa, en el aeropuerto de El Aaiún. Anunciándole que se había abierto una causa judicial en su contra, las autoridades marroquíes le retuvieron el pasaporte y el móvil y la embarcaron hacia Lanzarote. Al disponer de un permiso de residencia español, España admitió su entrada en el territorio. "Haidar había sido expulsada por Marruecos, colocada en un avión y entregada en la frontera", dijeron fuentes de Exteriores a La Vanguardia.
Lejos de solucionarse en pocas horas, el caso se emponzoñó hasta convertirse en un asunto con muy mala pinta: hoy, mientras la vicepresidenta De la Vega y el ministro Moratinos se muerden la lengua - "Yo no califico (la gestión de Rabat). Sólo busco soluciones", declaraba ayer De la Vega-,se advierte un fondo de tambores. "Marruecos no deja una rendija abierta. España no merece ese trato", ha dicho Elena Valenciano, responsable de relaciones internacionales del PSOE.
Desde aquel 13 de noviembre, Haidar permanece atrapada en Lanzarote. En ese tiempo, ha denunciado a Marruecos por expulsión ilegal y a España por retenerla contra su voluntad. Y desde el día 16, está en huelga de hambre.
El Gobierno español está en un atolladero. Presionado por múltiples frentes - la opinión pública se ha implicado en el asunto, azuzada por actores, músicos y escritores-,España brindó alternativas a Haidar. "Pudo recoger otro pasaporte en un consulado marroquí en España, se le ofreció el estatuto de asilo, incluso se le hubiera concedido la nacionalidad española por motivos humanitarios - ha dicho a este diario Agustín Santos, director del gabinete de Exteriores-.Pero lo ha rechazado todo".
"Nunca voy a aceptar ni el asilo político ni la nacionalidad española - ha contestado Haidar-.Yo sólo tengo una solicitud, y es que se me devuelva a mi tierra, el Sáhara Occidental. Si España es incapaz de resolver mi situación, me lleva hacia la muerte".
Encarrilados los frentes diplomáticos, parecía abrirse el cielo el viernes, cuando el ministerio del Interior español concedió un salvoconducto a Haidar: según el ejecutivo español, la activista podría volar a El Aaiún en un avión medicalizado. Tumbada en una camilla, entre gestos de victoria, la mujer llegaría a despedirse del centenar de saharauis que la han escoltado estos días en el aeropuerto de Lanzarote. Sin embargo, Marruecos vetó el despegue. Y Haidar volvió a tierra.
6-XII-09, S. Heredia, lavanguardia