China: ŽjuicioŽ al movimiento opositor Carta 08

La Carta 08 constituye todo un catálogo de reivindicaciones, en un país donde hay libertad económica, pero no política, siguiendo las directrices de Deng Xiaoping, el padre de la reforma, fallecido en 1997. Este manifiesto denuncia que "China tiene numerosas leyes pero no un Estado de derecho, tiene una Constitución pero no un gobierno constitucional". Reclama, entre otras cosas, libertad de prensa, elecciones por sufragio universal, libertad de asociación y el fin del sistema de partido político único.

A las nueve de la mañana  de hoy miércoles (las cuatro de la madrugada hora española) Liu Xiaobo comparecerá ante el Tribunal Popular Intermedio número 1 de Pekín. Detenido desde el año pasado, se le juzgará por pedir la democratización de su país. Formalmente, está acusado de "subversión contra el poder del Estado", según informó uno de sus abogados a los medios de comunicación.

El cargo contra Liu es el que se aplica normalmente en China contra los disidentes, ya que permite criminalizar las críticas contra el gobierno del Partido Comunista de China.

Protesta en Hong Kong contra arresto Liu Xiaobo
El hostigamiento policial a los redactores originales y a algunos de sus primeros firmantes, como Wen Kejian, Zhao Dagong o Zhang Zuhua, se inició incluso antes de la publicación de la Carta. El día 8 de diciembre la policía arrestó al intelectual Liu Xiaobo, quien ya había sido encarcelado tras el movimiento estudiantil de la primavera de 1989. A día de hoy no se tienen noticias de su paradero o estado. [Foto: Protesta en Hong Kong contra el arresto de Liu Xiaobo, el 15 de diciembre de 2008].
Hoy, este profesor de literatura de 53 años comparecerá ante el tribunal acusado de haber firmado y ser uno de los impulsores de la Carta 08, un manifiesto que reclama sufragio universal y el fin del sistema de partido único en China. Esta iniciativa le puede costar a Liu Xiaobo una pena de hasta 15 años de cárcel.

La Carta 08 fue publicada en diciembre del 2008, con motivo del 60. º aniversario de los derechos humanos. Emula a la Carta 77 firmada treinta y dos años atrás por los intelectuales checoslovacos, que pedían la democratización de su país. Fue el primer paso de una revolución pacífica que derrocó al gobierno comunista en aquel extinto Estado.

Por esta razón, hoy, al juzgar a Liu Xiaobo, considerado uno de los ideólogos del movimiento prodemocrático que desembocó en las protestas estudiantiles de 1989 en la plaza de Tiananmen, se juzga también la Carta 08. Un manifiesto que hasta la fecha han firmado centenares de intelectuales y artistas chinos.

Precisamente varios activistas prodemocráticos han visto rechazada su petición de asistir al juicio contra Liu Xiaobo, como la líder del grupo Madres de Tiananmen, Ding Zilin, que representa a más de un centenar de familias de fallecidos en la matanza de estudiantes en Tiananmen a manos del ejército.

Ding, de 73 años, ha pedido a los firmantes de la Carta 08, que ella también rubricó, que acudan a las puertas del tribunal, ya que considera que la responsabilidad sobre la redacción del documento prodemocrático es compartida.

"Así, Liu sabrá que no está solo, que su esposa no está sola. Sus amigos, los firmantes de la Carta 08, afrontaremos el juicio con él desde fuera del tribunal", señaló Ding en una entrevista difundida por la organización no gubernamental Human Rights in China (HRIC).

Sin embargo, las fuerzas del orden quieren evitar cualquier tipo de protesta durante la celebración del juicio. Por ello, vigilan desde hace días a varios disidentes y han iniciado un despliegue en los alrededores del edificio donde se celebrara la vista, según señala dicha organización no gubernamental.

23-XII-09, I. Ambrós, lavanguardia

Las autoridades chinas recibieron ayer una auténtica ducha de agua fría. El informe anual de la gubernamental Academia China de Ciencias Sociales, que analiza las tendencias de la población y las previsiones sobre el 2010, señala un creciente malestar social debido a las políticas gubernamentales. Un duro revés a la consigna de construir una sociedad armoniosa.

El informe, que lleva por título Sociedad de China: análisis y previsiones para el 2010,elaborado por un grupo de expertos de la Academia China de Ciencias Sociales, es determinante. "Las protestas multitudinarias han sido más frecuentes este año debido al descontento de la gente por la forma en que el Gobierno aplica sus políticas", señala el libro azul difundido ayer por el organismo gubernamental.

Este documento anual, que tiene por objetivo tomar el pulso a la sociedad china para alertar al Gobierno del gigante asiático sobre el camino que seguir, muestra un creciente clima de crispación social. Las injusticias, la corrupción y el abuso de poder de los funcionarios están en el centro de esta irritación popular.

El informe no revela el número de protestas concretas. No obstante, un experto de la Academia de Ciencias Sociales había declarado con anterioridad que estas habían aumentado respecto al año anterior. En el 2008, las protestas masivas superaron la cifra de 80.000, un número superior a las 74.000 del año 2004 y a las 10.000 contabilizadas en 1994, según datos oficiales.

Para los autores, este aumento del descontento social obedece a un profundo resentimiento que ha ido creciendo con el paso del tiempo ante la ampliación de las desigualdades sociales, las injusticias y el abuso de poder por parte de los funcionarios del Gobierno en sus diferentes niveles. "Durante el boom económico de China, muchos problemas como los desalojos forzosos, la reforma industrial y el empleo de la tierra siguen sin resolverse", explicó Li Peilin, director del Instituto de Sociología de la Academia China de Ciencias Sociales, según el Global Times,rotativo editado en inglés por el Partido Comunista.

"Hasta un 90 por ciento de estos incidentes tienen su origen en un conflicto de intereses, provocado por el descontento con la política gubernamental", apunta Yu Jianrong, director del Instituto de Desarrollo Rural de la Academia de Ciencias Sociales. "Y es que la gente está aprendiendo a usar el poder de las masas para proteger sus derechos", explica Yu al Global Times.

A modo de ejemplos, Li menciona la protesta de miles de personas para exigir que se esclareciera la muerte de un cocinero en un hotel de la ciudad de Shishou, en la provincia de Hubei, contra la versión de la policía, que sostenía que el fallecido se había suicidado. Oel linchamiento del director de una empresa metalúrgica por sus obreros ante la reestructuración que iba a aplicar, con los consiguientes despidos.

O la avalancha de críticas a las autoridades por su política de desalojos forzados, que provocó el suicidio de una mujer de 47 años, que se quemó a lo bonzo y se arrojó desde lo alto de un edificio en el que ella y su marido tenían un taller textil, después de tres horas de violento enfrentamiento con el equipo de obreros que iba a demoler la casa.

Para los autores del informe, este descontento tiene su origen en la creciente brecha entre ricos y pobres, entre zonas urbanas y rurales. "Si el Gobierno insiste en calificar estos incidentes masivos sólo de ´disturbios de orden público´, los conflictos seguirán y serán cada vez más dolorosos. Se tienen que resolver a través de la ley", afirmó Yu Jianrong.

23-XII-09, I. Ambrós, lavanguardia

tanto Estados Unidos como la Unión Europea han criticado la detención y el juicio contra Liu Xiaobo y han reclamado su puesta en libertad.

Un llamamiento que el diplomático estadounidense Gregory May reiteró al leer una declaración ante el edificio del tribunal de justicia. "Hacemos un llamamiento al Gobierno de China para que lo liberen de inmediato y que se respeten los derechos de todos los ciudadanos chinos a expresar pacíficamente sus opiniones políticas", leyó May.

Gregory May formó parte ayer del grupo de diplomáticos de las embajadas occidentales que intentaron entrar al juicio. Al no poder acceder, se reunieron con los grupos de activistas y manifestantes que habían acudido a mostrar su solidaridad a Liu Xiaobo. Algunos de ellos portaban un lazo amarillo, que representaba la libertad de expresión, según explicaban algunos.

Yes que alrededor de unas doscientas personas se congregaron ayer ante el Tribunal Popular número 1 de Pekín, en el barrio de Shijingshan, en respuesta a la convocatoria lanzada la víspera por algunos de los también firmantes de la Carta 08.No obstante, muchos de los convocantes no pudieron acudir a la cita debido a que fueron retenidos en sus casas por la policía. Entre ellos se encontraba la esposa del encausado, Liu Xia, y la líder de las Madres de Tiananmen, Ding Zilin.

El celo policial en retener a numerosos activistas, así como el fuerte despliegue de las fuerzas del orden en torno al tribunal, no pudo evitar, sin embargo, que tanto manifestantes menos conocidos como diplomáticos occidentales se congregaran en las cercanías del edificio donde se celebraba la vista. Ni pudieron evitar un "viva la democracia, viva Liu Xiaobo", que lanzó Song Zaimin, pekinés de 49 años, bajo la mirada de los policías. Aunque luego Song explicara: "Yo no lo conozco, ni lo quiero conocer, sólo apoyo su actitud heroica. Debemos luchar por nuestro futuro".

24-XII-09, I. Ambrós, lavanguardia

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La publicación, el pasado 10 de diciembre, de la Carta 08 (, Charter 08) ha despertado el interés de los observadores internacionales. Mientras el gobierno chino detiene a algunos de los impulsores de la Carta, el texto se distribuye masivamente por internet, en un reto más al control del Partido Comunista sobre la información y la opinión pública. La red se ha convertido, para algunos, en una auténtica posibilidad para el desarrollo de una sociedad civil independiente en China. Para otros, las estructuras corporativistas, heredadas de la época maoísta, y el materialismo de la sociedad se erigen aún en obstáculos imbatibles. Paralelamente, el análisis de alternativas políticas en China es más pertinente que nunca, también dentro del país. La crisis económica global, que sacude a China con fuerza, menoscaba la legitimidad del régimen, basada en el mantenimiento de la estabilidad y el crecimiento.

Según Perry Link, el traductor al inglés de la Carta (ver New York Review of Books, 15 de enero), la iniciativa se inspira en la Carta 77 con la que intelectuales checos como Václav Havel o Jan Patocka exigieron al gobierno comunista el respeto a los derechos humanos. No es la primera vez que la oposición pro-democrática en los países de la Europa del Este sirve como referente para los movimientos sociales en China. Sin duda, detrás del interés de académicos y observadores en seguir las trazas de una sociedad civil independiente en China se encuentra el ejemplo de países como Polonia, donde la oposición al régimen consiguió construir una verdadera estructura social al margen del Estado, articulada por Solidaridad y la Iglesia católica, que socavó las bases de legitimidad del régimen y aceleró su desarticulación.

No obstante, treinta años separan el documento checo y el chino. En tres décadas, la coyuntura política y económica internacional ha sufrido enormes transformaciones. La caída del Muro de Berlín, la globalización económica y la revolución en las comunicaciones plantean ahora un fondo totalmente diferente para una iniciativa como la Carta 08. Su difusión a través de Internet supone un reto al control de la información por parte del Partido Comunista Chino. Asimismo, la red permite un seguimiento casi instantáneo tanto de las adhesiones como de su represión. En última instancia, la Carta 08 significa un test para la sociedad china contemporánea cuando se cumplen treinta años del inicio de las reformas.


La Carta 08: difusión y represión

El pasado 10 de diciembre salía a la luz la Carta 08 ()(1). En su prólogo, el documento esboza un análisis histórico de la historia reciente de China. Para sus redactores, los esfuerzos del país para modernizarse chocan con el mantenimiento de un régimen autoritario, que origina corrupción, desigualdad y tensiones sociales, a la vez que reprime la libre participación de los ciudadanos en el juego político. La Carta aboga por el cumplimiento de los compromisos adquiridos en materia de derechos humanos y por un modelo político basado en la democracia liberal occidental.

El hostigamiento policial a los redactores originales y a algunos de sus primeros firmantes, como Wen Kejian, Zhao Dagong o Zhang Zuhua, se inició incluso antes de la publicación de la Carta. El día 8 de diciembre la policía arrestó al intelectual Liu Xiaobo, quien ya había sido encarcelado tras el movimiento estudiantil de la primavera de 1989. A día de hoy no se tienen noticias de su paradero o estado. En este sentido, la represión sigue los cursos tradicionales en un régimen autoritario, pero se extiende también a nuevos escenarios de contención, como la red. El gobierno sigue de cerca la difusión del texto y cierra blogs y servidores (como bullog.cn). Sin embargo, y a pesar de los riesgos que ello conlleva, el texto suma adhesiones a diario. Su difusión a través del correo, blogs y BBS (tablones de anuncios, muy populares en China) ha sido instrumental en su creciente popularidad. Según el Washington Post (“In China, a Grass-Roots Rebellion”, 29/01/2009), la emergente clase media china, principal beneficiaria del crecimiento chino, y los jóvenes en particular, estarían empezando a firmar el texto, lo que supondría extender finalmente la oposición más allá del ámbito de los intelectuales.

Sin duda, el tema de fondo, como apuntábamos al principio de este artículo, es la articulación de un movimiento de oposición al régimen autoritario del Partido Comunista Chino. Si como sugiere el Washington Post el texto consigue articular una oposición social que supere las diferencias de clases, Pekín podría encontrarse con un problema importante de legitimidad.

El momento en el que esto acontece no es baladí. La crisis económica global está golpeando fuerte a China. A los cierres de fábricas y al parón de la construcción privada, que afectan sobre todo a la ingente masa de trabajadores inmigrantes, hay que sumarle el final del famoso crecimiento de dos dígitos, sobre el que el Partido Comunista ha erigido buena parte de su legitimidad. La ´sociedad armoniosa´, principio rector de la política de Hu Jintao y su primer ministro Wen Jiabao, puede estar llegando a un momento de colapso, en el que esta sociedad ya no pueda, o quiera, ignorar por más tiempo las carencias estructurales del país, sobre todo en términos de sanidad, seguridad social y medio ambiente.

Cabe preguntarse hasta que punto la Carta 08 supone una alternativa real para un movimiento social de oposición y una amenaza al régimen. El 29 de enero se contabilizaban 3.943 firmas, lo que en un país de más de 1.400 millones es sin duda insignificante. Aún más, como destaca el influyente blogger Roland Soong desde Hong Kong(2), el texto está lejos de articular una verdadera alternativa política; los principios del texto serían, para Soong, demasiado abstractos y no podrían aglutinar las energías de los diferentes estratos sociales chinos.


Sociedad civil e Internet

Más allá de las demandas concretas del texto (equidad, libertad de expresión, culto y asociación, reforma fiscal), la Carta 08 significa un paso adelante en la evolución del diálogo social alrededor de Internet. Para numerosos académicos, la red constituye la primera oportunidad real en este sentido. Ello es así porque Internet es capaz de circunvalar los obstáculos burocráticos y los lastres ideológicos que entorpecen el asociacionismo en China.

Durante mucho tiempo, el modelo corporativista ha servido para explicar la estrecha vinculación del Partido y las organizaciones sociales, hasta el punto de imposibilitar el surgimiento de una sociedad civil independiente de tradición europea, según el modelo planteado por Haebermas. Para académicos como Jonathan Unger, por ejemplo, la estructura maoísta de línea de masas continúa, en efecto, transformada en un modelo vertical corporativista, por el que el gobierno mantiene el control sobre las organizaciones mientras ofrece controladas opciones de participación social.

Sin embargo, los defensores del rol de Internet y las nuevas tecnologías destacan su papel formativo y su sutil pero creciente influencia en la ampliación de la participación social. Guobin Yang, en la actualidad uno de los máximos especialistas en el desarrollo de la sociedad civil a través de Internet, ha analizado la influencia de la red en la articulación de protestas sociales concretas y en cambios legislativos(3). Ejemplos significativos de ello son el caso de la presa del río Nu en Yunnan, o las protestas tras la muerte en detención del estudiante inmigrante Sun Zhigang. Aplicando un concepto de Tony Saich(4), Yang destaca como las organizaciones ´negocian´ con el estado sus niveles de participación política. Si bien observan con cautela los límites de lo permitido, sus actividades sirven para expandir dichos límites(5). A la vez, la participación en asociaciones y organizaciones sociales sirve de ´escuela´ en valores alternativos de práctica democrática.


Conclusiones

Dejando a un lado el debate sobre la viabilidad y adecuación de ´importar´ el modelo occidental de democracia a China, tal y como defienden tanto los redactores de la Carta como buena parte de la opinión internacional, la Carta 08 pone sobre la mesa cuestiones de práctica política que requieren inmediata atención por parte del gobierno chino. Tras el espectáculo de los Juegos Olímpicos de Pekín y el crecimiento sostenido de las últimas décadas, China se enfrenta a desafíos estructurales que pueden suponer su definitiva consolidación o su derrumbe.

Seguramente, lo que consiga aglutinar las adhesiones de campesinos, cibernautas adolescentes, abogados y antiguos miembros del Partido no sea estrictamente las demandas de la Carta, sino el creciente estado de descontento con los resultados de la reforma a nivel social. El desamparo de millones de ciudadanos frente a las fuerzas del mercado y las crecientes incongruencias de una apertura rígidamente controlada unifican las nuevas clases sociales alrededor de una serie de agravios comunes. Sin duda, la crisis económica supone una prueba para el experimento chino. La sociedad de mercado con características socialistas necesita desarrollar mayor flexibilidad e instrumentos de retroalimentación si quiere que su crecimiento económico sirva para construir una sociedad estable.

 

Xavier Ortells es candidato a master en Estudios Regionales de Asia Oriental por la Universidad de Columbia, Nueva York.

 
 

Notas:

(1) Para el texto de la Carta 08, ver http://www.canyu.org/n4460c6.aspx (chino), http://www.nybooks.com/articles/22210 (inglés), http://www.charta77.org/08ch08cn/carta08.htm (italiano). En castellano, en http://www.igadi.org/textos/pr/carta_08_manifiesto_de_la_disidencia_chinesa_pr.htm.

(2) EastSouthWestNorth: http://www.zonaeuropa.com/20090111_1.htm.

(3) Ver por ejemplo, Guobin Yang, “The Internet and Civil Society in China: a preliminary assessment”. Journal of Contemporary China (2003), 12(36), August, 453–475.

(4) Tony Saich “Negotiating the State: The Development of Social Organizations in China”. The China Quarterly, No. 161, (Mar., 2000), pp. 124-141.

(5) Kevin O´Brien (“Neither transgressive nor contained: boundary-spanning contention in China”. Mobilization: An International Journal, 2003, 8 (1): 51-64.

5-II-09, igadi