primera boda entre homosexuales en Latinoamérica

Ya son marido y marido. Prometieron casarse antes de acabar el año, y lo hicieron. Los argentinos Álex Freyre, de 39 años, y José María Di Bello, de 41, se convirtieron el lunes en la primera pareja de homosexuales casada en Latinoamérica, tras un primer intento fallido y gracias a una pirueta legal. En Argentina no hay una ley que autorice expresamente los matrimonios gais.

Para celebrar legalmente la boda, la pareja viajó desde Buenos Aires, donde reside habitualmente, hasta la localidad patagónica de Ushuaia, en la provincia de Tierra del Fuego, a más de 3.000 kilómetros de la capital. Freyre y Di Bello contaron con la complicidad de la gobernadora de esa provincia argentina, la progresista Fabiana Ríos. La pareja actuó calculando todos los pasos y con gran secretismo para evitar que la boda se frustrara, como ocurrió hace un mes. "Conocemos la ley, nuestros derechos y el país, sabíamos que era posible", declaró Freyre tras el enlace.



El pasado 1 de diciembre, Día Internacional de la Lucha contra el Sida - los novios portan el virus VIH-,hicieron el primer intento, en Buenos Aires. En aquella ocasión, con movilización mediática, Freyre y Di Bello se plantaron ante los funcionarios del Registro Civil, que previamente habían rechazado el matrimonio entre personas del mismo sexo por no estar contemplado en la legislación. Su recurso de amparo posterior había tenido éxito y una juez había autorizado el casamiento basándose en la igualdad constitucional de los ciudadanos. Pero, posteriormente, organizaciones católicas apelaron y otra juez impidió el enlace.

Aquel día los novios se quedaron compuestos y sin boda. Y cada uno, con su lazo rojo gigante anudado en sus cuellos para recordar la lucha contra el sida. El mismo lazo con el que se presentaron el lunes en Ushuaia, sólo que más sigilosamente, para evitar recursos desde sectores conservadores.

El Registro Civil de Tierra del Fuego, como el de Buenos Aires, denegó la petición inicial de la pareja, que recurrió ante la gobernadora, y Ríos autorizó el matrimonio. Sin dar tiempo a la presentación de más recursos, la pareja pudo, final y felizmente, casarse.

"Este matrimonio es una fiesta para toda Latinoamérica y el Caribe, desde el sur y desde el norte", dijo ayer Di Bello en Buenos Aires. La pareja voló desde Ushuaia a la capital argentina para dar una rueda de prensa, antes de regresar a la Patagonia para proseguir con su luna de miel.

Esta boda representa un revulsivo para el colectivo gay y lésbico latinoamericano, que en los últimos años ha intensificado la lucha por sus derechos, ante la presión de la Iglesia Católica en la región del mundo donde tiene mayor número de fieles.

Pese a que la mayoría de los gobiernos de la región son progresistas, sólo el parlamento de Ciudad de México ha aprobado una ley de matrimonio homosexual, aunque entrará en vigor en febrero. Freyre y Di Bello se adelantaron y ya han hecho historia.

30-XII-09, R. Mur, lavanguardia