Google, el gigante de internet, lanzó ayer un desafio a las autoridades chinas de imprevisibles consecuencias al anunciar su voluntad de irse de China si persiste la censura. Las autoridades chinas reaccionaron con prudencia y esperan que la empresa estadounidense les facilite más información sobre sus proyectos en este país.
Los responsables de Google amenazaron con cesar sus actividades en el país asiático a última hora del martes después de constatar una oleada masiva de ciberataques procedentes de China, que también afectó a otras veinte compañías. "Los hackers intentaron acceder a las cuentas de correo electrónico de activistas de derechos humanos de China, pero sólo lograron ingresar en dos cuentas, que no fueron identificadas", señala la firma californiana en su comunicado. La empresa no reveló cuál era la información que intentaron obtener los hackers de las otras compañías, y tampoco las identificó.
Como consecuencia de estas acciones, Google anunció que "ya no queremos seguir censurando nuestros resultados en Google. cn y en las próximas semanas negociaremos con el Gobierno chino las bases sobre las que podríamos operar un motor de búsqueda sin filtros dentro de la ley, si eso es posible".
La nota de la empresa precisa que "entendemos que esto puede significar tener que cerrar Google. cn y potencialmente nuestras oficinas en China",
Pekín respondió con prudencia. "El Gobierno chino está intentando clarificar las intenciones de Google. "No se puede saber si Google se va de China o no. Nadie lo sabe", indicó un funcionario de alto nivel.
La postura de Google dividió a los analistas. Para unos ilustra las dificultades de las firmas extranjeras, obligadas a someterse a la censura de la Gran Muralla Corta Fuegos impuesta por el Gobierno chino. Un sistema que emplea a decenas de miles de personas para impedir que sus ciudadanos accedan a informaciones políticas sensibles, como Tíbet, la secta Falungong o la matanza de Tiananmen.
Para otros, en cambio, es la excusa de Google para salir de China sin perder prestigio, debido a que nunca ha logrado imponerse frente a sus rivales locales. En el último trimestre del 2009 seguía por detrás de Baidu, su principal rival chino, con 36,5% de cuota, frente a 58,4%, según Analysys International.
Para los ciudadanos chinos, sin embargo, la marcha de Google está claro que sería un paso atrás en el acceso a un internet sin censura. Prueba de ello son los ramos de flores, en forma de homenaje, que ayer depositaban frente a las oficinas de la compañía en Pekín.
14-I-10, I. Ambrós, lavanguardia