Las autoridades policiales impidieron ayer, en el último momento, la celebración del primer concurso Mr. Gay China, que estaba a punto de iniciarse en un céntrico local de Pekín, el Club Lan. Alegaron motivos administrativos.
"Nos han dicho que deberíamos haber hecho una solicitud formal para organizar este evento. Pero nunca antes habíamos tenido un problema de este tipo. Organizamos acontecimientos todos los días, y si no hay más de 500 personas, nunca lo hemos necesitado", explicó Víctor Huélamo, relaciones públicas del Lan. Anoche se habían congregado en este lugar de moda, unas 300 personas, entre ellas más de cincuenta periodistas extranjeros dispuestos a certificar la apertura de un país en el que la homosexualidad sigue siendo motivo de oprobio.
"Es una lastima que no se haya podido celebrar. No me esperaba que sucediera esto", señaló Wei Xiaogang, que iba a formar parte del jurado.
"Me imaginaba que algo pasaría, pero no esto. Estoy sorprendido", dijo Justin, uno de los ocho participantes en el certamen, cuyo vencedor iba a representar a China en el concurso mundial de Mr. Gay, que se celebrará el mes de febrero en Noruega.
Precisamente Justin, originario de Sichuan, y Emilio, de la provincia de Mongolia, fueron los concursantes que mejor definieron el estado de ánimo de los ocho participantes. "Lo más grave es la actitud del Gobierno. Pensaba que era más tolerante", dijo este último. "Debería dar una explicación adecuada de porque ha actuado de esta manera", añadió Justin.
16-I-10, I. Ambrós, lavanguardia