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Cuba acosa y reprime a las Damas de Blanco en su tercera manifestación pacífica
rtve
18 de Marzo de 2010
Tercer día de protestas de las Damas de Blanco en las calles de la Habana, y tercer día de tensiones y altercados.
Al menos treinta de ellas han sido subidas a la fuerza en dos autobuses por la policía tras un nuevo encontronazo con partidarios del régimen cubano, que han reventado la manifestación pacífica de estas esposas y madres de presos políticos que piden la libertad para los detenidos en la "Primavera Negra" de 2003.
Algunas han resultado heridas en los forcejeos y empujones al ser arrastradas al interior del autobús, según informa desde La Habana, la corresponsal de TVE Sagrario G. Mascaraque, quien ha afirmado que están siendo tratadas de heridas leves en el hospital.
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Las Damas de Blanco han sido abucheadas por cientos de simpatizantes del Gobierno de Raúl Castro antes de que llegaran los agentes, en su mayoría mujeres vestidas de civil o con uniformes del Ministerio del Interior, que las han obligado a subir a los autobuses en medio de una operación en la que también participaron policías uniformados para cerrar las calles adyacentes.
"Es una manifestación pacífica y no íbamos a entrar en una guagua del Gobierno, que mantienen a nuestros familiares prisioneros cerca de siete años", ha afirmado Laura Pollán, una de las líderes del grupo disidente. Además, ha calificado lo ocurrido como un "secuestro" porque fueron "obligadas" a abandonar la calle para ser llevadas a la casa de Pollán, en el centro de La Habana.
Los activistas pro Castro han aplaudido la escena. "Tienen que ser llevadas a la fuerza, eso es lo se mercen por esta provocación", ha asegurado Margarita Rodríguez, una ama de casa que defiende el régimen.
Las Damas, que vestían de blanco y portaban gladiolos como es habitual, se han manifestado con gritos de "libertad" y "asesinos", al tiempo que los simpatizantes del gobierno han respondido "abajo la gusanera" y "que se vayan".
La represión política, el trasfondo
ya han celebrado tres de los siete días de marchas de protesta que tienen previstos para conmemorar el séptimo aniversario de la oleada de detenciones que llevaron a la cárcel a 75 presos políticos, de los que 53 todavía permanecen entre rejas.
A la cabeza de la protesta de las Damas de Blanco la madre de Orlando Zapata, el preso que murió el pasado 24 de febrero tras 85 días en huelga de hambre.
Su muerte junto a las huelgas de hambre que mantienen otros disidentes han puesto de relieve la situación de los presos políticos en Cuba.
El periodista y psicólogo, Guillermo Fariñas, ha tenido que ser hospitalizado en dos ocasiones desde que iniciara un ayuno por la muerte de Zapata y para pedir la liberación de 26 prisioneros políticos enfermos.
El Gobierno cubano se ha defendido acusando a los medios europeos de practicar una "campaña de desprestigio". La Unión Europea, a su vez, ha respondido con una votación en el Parlamento que condena la "evitable" y "cruel" muerte de Zapata.
La UE, EE.UU. y muchas organizaciones occidentales de defensa de los Derechos Humanos han pedido la liberación inmediata de los presos políticos cubanos.
El Gobierno cubano siempre ha negado la detención de presos de conciencia, afirmando que son "mercenarios" a sueldo de Estados Unidos.
© 2010 Las Damas de Blanco - info@damasdeblanco.com
Se grita pero no se pega. Las fuerzas de seguridad de Raúl Castro se emplearon ayer a fondo para evitar que la cuarta marcha de las Damas de Blanco en el séptimo aniversario de la detención de los 75 - sus maridos y familiares-arrojara nuevas imágenes de empujones, tirones de pelo, y traslados por la fuerza como las que el miércoles habían alimentado cientos de páginas de periódico y reportajes de televisión. Lo lograron. La coordinación entre los agentes y su comunicación con los castristas que ahogaron la manifestación resulto perfecta.
Las Damas de Blanco volvieron a ser unas treinta, mientras que los efectivos de seguridad superaron el centenar y sus acosadores tal vez rozaron el millar. Imposible precisar más porque, a lo largo del recorrido - de unos cuatro kilómetros-,grupos de oficialistas se fueron relevando a tramos. A la contra-marcha que acabó imponiéndose se sumaron hasta empleados de empresas públicas trasladados en autobús, algunos con uniforme de faena.
Manifestantes y reventadores empezaron su largo camino a la salida de la misa de nueve a la que las Damas habían acudido en la iglesia de la Merced: la patrona de Barcelona pero, sobre todo y para lo que aquí importa, de los presos y desamparados. Hacía exactamente siete años del día en que el gobierno cubano culminó la detención de 75 opositores, intelectuales y periodistas, acusados de conspirar contra la patria en colaboración con EE. UU. Aquella redada, bautizada pronto como primavera negra,dio lugaraun endurecimiento de la política de la UE hacia Cuba. A instancias del entonces presidente José María Aznar, algunos socios comunitarios empezaron a invitar a disidentes a sus embajadas en La Habana, a limitar viajes oficiales a la isla y a enfriar o congelar las relaciones bilaterales. Hasta que el nuevo gobierno de Rodríguez Zapatero forzó la suspensión (2005) y el levantamiento (2008) de aquellas sanciones.
La misa de ayer en la Merced no fue sólo por aquellos 75 encarcelados sino por el preso Orlando Zapata, fallecido el pasado 23 de febrero tras 86 jornadas de ayuno, y por el disidente que desde entonces protagoniza otra huelga de hambre, Guillermo Fariñas. El revuelo político ocasionado por ambos opositores, oficialmente considerados aquí como "delincuentes" y "mercenarios", se notaba ayer a la salida del templo; se veía en la actitud y el número de voluntarios prestos al acoso de las Damas, y en las decenas de periodistas presentes.
Laura Pollán, portavoz del grupo de mujeres, apenas pudo articular dos frases ante las cámaras antes de ser interrumpida. "¡Viva la revolución! ¡Esta calle es de Fidel!", empezó a gritar la muchedumbre. "¡Zapata vive! ¡Libertad!", replicaban las Damas. "¡Abajo la gusanera! ¡No las queremos más, que se vayan al carajo y no jodan más!", cantaban los castristas a ritmo de conga y coreados desde algunos balcones.
Los agentes, intercomunicados a través de pequeños micros y pinganillos, montaron varios cordones de seguridad en torno a las manifestantes. "Que no entre nadie", insistía uno. "Vigílame ese cruce y córtame ahí", ordenaba otro. Decenas de conductores de bicitaxis ayudaron a los policías a encauzar la marcha, pastoreada también por numerosos coches patrulla y cortejada al final por varios autobuses y una ambulancia, por lo que pudiera pasar.
En el frente de la opinión pública, el informativo de televisión y el coloquio diario Mesa Redonda (de debate sin discrepancias) se volcaron la noche anterior en el contraataque frente a la "infame campaña mediática orquestada por el imperio". Los televidentes cubanos pudieron ver dos escenas llamativas: la de un diplomático alemán y otro checo junto a las Damas de Blanco y la de su portavoz, Laura Pollán, tratando de justificarse ante una informadora oficialista que la acusaba de haber recibido fondos procedentes de un colaborador de la CIA acusado de terrorismo. El castrismo trataba de mostrar el talón de Aquiles de la oposición: el dinero que llega del norte.
19-III-10, F. García, lavanguardia