La Iglesia católica austriaca, en un gesto de transparencia, decidió nombrar a una mujer laica e independiente, Waltraud Klasnic, ex presidenta del estado federado de Estiria, para que investigue los casos de pederastia. En Suiza, la presidenta, Doris Leuthard, pidió elaborar una lista negra de curas pederastas para poder proteger mejor a los niños.
Desde Estados Unidos llegan noticias inquietantes para el Vaticano en el frente judicial. Dos tribunales federales de apelación, en Oregón y Kentucky, han dado luz verde a unas denuncias que apuntan al centro de poder de la Iglesia católica universal. Se trataría de pedir al Vaticano responsabilidades directas por casos de pederastia. Y no sólo eso. Se exigiría que presentara documentos internos y que sus representantes viajaran a EE. UU. a declarar. Un desafío en toda regla, sin precedentes.
La Santa Sede ha acudido ya al Tribunal Supremo en Washington para que frene los procedimientos en virtud de la inmunidad de que disfrutan los gobiernos extranjeros. Abogados de ambas partes se reunieron hace poco en la capital federal norteamericana para hablar del asunto, según informó The Washington Post.
Los abogados que mueven los casos argumentan que los sacerdotes son "empleados" del Vaticano y este, como patrón, tiene una responsabilidad civil por acciones cometidas por los curas, donde sea en el mundo. Es inimaginable que el Vaticano ponga a disposición de la justicia estadounidense los archivos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, pero la situación puede devenir polémica, incluso un conflicto diplomático, con el consiguiente desgaste adicional a la imagen de la Iglesia en EE. UU.
29-III-10, E. Val, lavanguardia