Gloria Estefan tiene madera de líder y enorme poder de convocatoria. Lo demostró hace una semana en Miami al lograr reunir en tan sólo tres días a más de cien mil latinoamericanos –la mayoría cubanos– en una marcha de respaldo a las Damas de Blanco, las mujeres que por las calles de La Habana piden la libertad de familiares presos. A pesar de la respuesta masiva de anticastristas de todas las tendencias, la cantante no piensa dedicarse a la política. “Los dirigentes políticos tienen las manos atadas, yo disfruto de estar libre de cualquier agenda; siempre mantuve mi independencia de los partidos y de sus líderes, y no voy a cambiar”, dijo la
intérprete al desmentir que coqueteaba con dirigentes del partido demócrata.
La estrella del pop demostró que tiene gran credibilidad al lograr
el respaldo de sectores de la comunidad cubana en Miami hasta
ahora enfrentados; ante el llamamiento de Gloria Estefan, el
exilio cerró filas en apoyo del grupo de mujeres que reclaman libertad
y democracia.
A pesar de que asegura que no piensa dedicarse a la política, desde
hace años, Gloria y su marido Emilio Estefan han participado
en muchos actos contra el régimen castrista. En 1994 fueron a
Guantánamo para cantar ante balseros confinados en la base militar
estadounidense; también intervinieron en vigilias de oración
cuando el niño balsero Elián González se convirtió en peón político.
Gloria, al igual que lo hizo la fallecida reina de la salsa, Celia
Cruz, lleva el mensaje de libertad para Cuba a cualquier escenario
del mundo donde actúa. Pero nunca antes se había involucrado
como convocante en la organización de una gran manifestación.
Muchos se preguntan si la cantante utilizará ahora su enorme
celebridad, su gran poder de convocatoria y la cercanía que ella y
su esposoEmilio Estefan mantienen con los inquilinos de la Casa
Blanca para buscar una candidatura al Congreso de Estados Unidos.
La propia artista lo descarta de plano. Durante la vorágine informativa
que recibió la llamada Marcha por la Libertad, la intérprete
aclaró que si hubiera querido dedicarse a la política, lo hubiera
hecho mucho antes. “No convoqué la marcha de apoyo a
las Damas de Blanco como trampolín para saltar a la política. Sería
absurdo; no me identifico con demócratas ni republicanos, sino
con los valores que representa la democracia norteamericana”, subrayó.
Gloria Estefan nació en Cuba en 1957 pero salió de la isla cuando
apenas tenía 16 meses. Su padre corría grave riesgo de ser detenido
por haber sido guardaespaldas de la esposa del ex dictador
Fulgencio Batista; años después, su progenitor fue hecho prisionero
en Cuba durante la fallida invasión de Bahía de Cochinos;
pasó año y medio en prisión.
No es inusual que el exilio cubano se manifieste en Miami contra
el castrismo. Lo extraño fue que sectores y grupos que defienden
puntos de vista contrapuestos dejaran por un día sus diferencias
al unirse, bajo una sola voz, a la convocatoria de Gloria Estefan.
No se había visto nada parecido desde las marchas de noviembre
de 1999 pidiendo que el niño Elián se quedara en Miami con
sus tíos. Más de 130.000 manifestantes, entre ellos cantantes como
Willy Chirinos, Albita, Olga Guillot y Pitbull, desfilaron en
apoyo a las Damas de Blanco. En contraste con otras convocatorias
de líderes políticos o de conductores de emisoras del exilio,
la marcha del 25 de marzo fue impulsada por una figura prominente
de la sociedad civil. El llamamiento de Gloria Estefan tuvo
una respuesta espectacular. En menos de tres días se demostró
que las Damas de Blanco no están solas yque el exilio, en lo fundamental,
no está dividido.
La manifestación de la Calle Ocho de Miami, en la llamada Pequeña
Habana, despertó iniciativas similares en otras ciudades estadounidenses
y europeas. El actor Andy García convocó una gran marcha en Los Ángeles con
el lema “Esto no es un asunto cubano, es un asunto humano”.
3-IV-10, J. Ibarz, lavanguardia