En Italia han causado furor unas supuestas declaraciones del obispo emérito de Grosseto, Giacomo Babini, quien habría dicho que las actuales críticas son un "ataque sionista" y que el holocausto se produjo después de que los judíos estrangularan la economía alemana. Más leña al fuego. Ayer, el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, señaló que los casos de pedofilia en la Iglesia no tienen que ver con el celibato, sino con la homosexualidad. "Muchos psicólogos y psiquiatras han demostrado la relación entre homosexualidad y pedofilia", dijo el número dos del Vaticano, de visita en Chile.
Estas informaciones han deslucido en parte la información desvelada ayer a través del sitio de internet de la Santa Sede sobre el castigo a pederastas. Dicha información no responde a nuevas decisiones, sino que se trata de una "guía" del año 2003. Ahora se ha querido dar a conocer en aras de la "absoluta transparencia" que quiere imponer Benedicto XVI, según un portavoz del Vaticano.
"En casos verdaderamente graves, cuando un tribunal civil haya condenado a un sacerdote culpable de abusos sexuales a menores o cuando haya pruebas evidentes, la Congregación para la Doctrina de la Fe puede optar por llevar el caso directamente al Santo Padre con la petición de que el Papa emita un decreto ex officio para la reducción al estado laical - se lee en la guía-.No puede haber recurso canónico contra tal decreto papal". Se recalca que debe cumplirse la legislación civil "y denunciar los crímenes a la autoridad apropiada". Al dar a conocer la guía vigente, los máximos responsables de la Iglesia católica pretenden dejar clara su firmeza ante la pederastia y los drásticos métodos para combatirla. Al mismo tiempo, sin embargo, muestran el poder absoluto del Papa, con unas prerrogativas impensables en una institución democrática.
La guía hace referencia a las leyes que se aplican, previstas en un documento papal del 2001 y según el Código de Derecho Canónico de 1983. Es importante tener en cuenta que las normas se adoptaron cuando Joseph Ratzinger era cardenal y dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe. Con ello la Santa Sede quiere reafirmar el compromiso antiguo del actual Pontífice.
La Santa Sede está estudiando modificaciones penales que endurezcan las normas, por ejemplo suprimiendo la actual prescripción de los delitos de pederastia (pasados diez años de que la víctima alcanza la mayoría de edad y no ha denunciado los abusos).
13-IV-10, E. Val, lavanguardia