Más de un 25% de las mujeres yemeníes se casan antes de los quince años. La fuerte tradición islámica y tribal, además de la pobreza extrema, favorece que los padres vendan a sus hijas en matrimonio. De ahí que los esfuerzos parlamentarios por establecer una edad mínima de 17 años para cualquier matrimonio estén condenados al fracaso. Los líderes religiosos, para empezar, se oponen y han calificado de apóstatas a los que opinen lo contrario. La charia condena a los apóstatas con la pena de muerte. El Parlamento se inclina por aprobar la ley, pero sin incluir las penas de cárcel previstas para los que no la cumplan, lo que supone convertirla en papel mojado. Cientos de mujeres se manifestaron ayer en Saná a favor de la ley. Entre ellas estaba una niña de diez años, Nuyud Mohamed Ali. Cuando tenía siete, su padre, en paro y sin recursos económicos, la vendió a un hombre de 27, que la desposó. El caso dio la vuelta al mundo y la niña logró el divorcio al año siguiente. Su participación en la marcha, sin embargo, no bastó para superar a la que miles de mujeres protagonizaron el domingo en contra de la ley. Ellas y los ulemas recuerdan que Aisha tenía nueve años cuando se casó con Mahoma.
24-III-10, afp, lavanguardia