los narcos ponen en jaque al Estado mexicano (y, con él, Derechos y libertades)

Crece la alarma en México por el aumento de la violencia del narcotráfico y por la impunidad con que actúan los mafiosos. La llamada narcoviolencia mantiene en vilo a los habitantes de varios de los estados más importantes: Nuevo León, Sinaloa, Coahuila, Chihuahua, Baja California Norte, Morelos, Guerrero...



En Monterrey, el motor industrial del país, hay miedo a salir a la calle porque se cree que los narcos se están apoderando de la ciudad. Los mafiosos cortan calles impidiendo la circulación, colocan pancartas amenazantes, aparecen y desaparecen mientras las autoridades se muestran impotentes. El diario El Norte,el más importante de la ciudad, titula a toda página: "Violencia azota a Nuevo León". Luego destaca que "la zona metropolitana de Monterrey vivió un día de violencia que parecía no tener fin".

El caso más escandaloso, que ilustra la plena impunidad con que actúan los narcos, se produjo hace tres días cuando un comando de 50 personas cortó al tráfico calles importantes a las dos de la mañana; luego, unos veinte pistoleros encapuchados penetraron en el hotel Holiday Inn, uno de los más céntricos. Con total tranquilidad, durante veinte minutos registraron las habitaciones - sembrando el pánico entre los huéspedes-hasta encontrar a cuatro personas que buscaban, a las que secuestraron junto con el recepcionista. Después entraron en el hotel Misión, pero sólo se llevaron a un empleado. Huyeron en quince vehículos sin dejar rastro. A pesar de que Monterrey está militarizada, ni la policía ni el ejército intervinieron. Cinco personas fueron asesinadas. Ayer, ocho mafiosos murieron en choques con soldados.

Aunque el ministro de Gobernación, Fernando Gómez Mont, asegura que los muertos de la narcoviolencia son resultado de enfrentamientos entre bandas, los ataques del crimen organizado del sábado fueron dirigidos contra autoridades, aduanas y cuarteles de policía y ejército.

En Morelia, capital de Michoacán, un comando mafioso atacó con una lluvia de balas y granadas a la jefa de Seguridad Pública. Murieron dos escoltas y dos civiles; once resultaron heridos. El pasado día 23, otro comando atacó en Ciudad Juárez a una patrulla de la policía federal, dejando un saldo de siete agentes y un civil muertos.



Con mayor o menor gravedad, incidentes armados de este tipo se multiplican por muchos puntos del país. El semanario Proceso destaca que los ataques de los narcos provocan inestabilidad en Morelos y Guerrero, golpeando aún más al turismo en Acapulco y Cuernavaca, "ciudades donde la sociedad es rehén de los sicarios".

26-IV-10, J. Ibarz, lavanguardia