tolerancia -provisional y condicionada- para las Damas de Blanco

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Las Damas de Blanco, familiares de los 75 disidentes encarcelados hace siete años en Cuba, volvieron ayer a desfilar en paz por la Quinta Avenida de la Habana gracias a la intervención mediadora de la Iglesia católica ante el Gobierno de Raúl Castro. El cardenal y arzobispo de la capital, Jaime Ortega, ofició la misa previa a la marcha de 12 de estas mujeres y allí anunció el pacto alcanzado para que, al menos durante este mes de mayo, las Damas se manifiesten sin necesidad de autorización.

La caminata transcurrió como era habitual en los domingos anteriores al conflicto desatado entre oposición y autoridades a raíz de las protestas por la muerte del preso Orlando Zapata: sin gritos de grupos procastristas ni empujones en las "conducciones" de vuelta a casa en autobuses proporcionados por la Seguridad del Estado; sin bloqueos o acompañamientos de esas brigadillas ciudadanas que tapaban las voces de las manifestantes con vítores a Fidel y Raúl y, de vez en cuando, las insultaban. Sin "actos de repudio".



El cardenal Ortega acudió a la Iglesia de Santa Rita, de la que siempre parten las Damas, para hablar con las afectadas y servir como "garante del cumplimiento del compromiso" que a mediados de semana - informó-había arrancado a las autoridades. Las mujeres podrán desfilar sin permiso todos los domingos del mes, siempre que no causen "problemas". Y después, ya se verá; la prolongación del consentimiento dependerá, explicó, de "si todo ha ido bien y no ha habido nada extraño".

El arzobispo habanero, figura respetada en medios gubernamentales y diplomáticos, consideró importante la decisión del Gobierno: "Es un paso distinto, un modo novedoso de actuar con respecto a las respuestas precedentes". En ellas, reveló, los altos funcionarios por él requeridos para que cesara el hostigamiento a la Damas habían replicado siempre con "el silencio", equivalente al no.

La solución anunciada ayer llega después de casi dos meses de confrontación en medio de fuertes críticas internacionales al Gobierno. Los "repudios" empezaron en marzo, cuando las Damas celebraron actos a lo largo de toda una semana con motivo del séptimo aniversario del encarcelamiento de sus familiares, de los que medio centenar siguen presos. Las broncas de grupos oficialistas continuaron los tres domingos de abril en que las mujeres retomaron su ritual de marchas tras de la misa de once en Santa Rita. La última vez, el pasado día 25, la contramanifestación que rodeó e impidió marchar a las Damas - protegidas siempre por un cordón policial-duró seis horas.

En sus conversaciones con dirigentes cubanos, el cardenal les expresó - según contó ayer-"lo tremendamente dolorosos" que a su juicio resultaban estos episodios; con "una serie de acciones (los gritos e insultos en contra) que no son convenientes en ningún momento y en ningún caso".

Los únicos gritos que ayer se oyeron en la Quinta Avenida fueron los de "libertad, libertad" que las Damas pudieron cantar al final de su marcha. La líder del grupo, Laura Pollán, juzgó el hecho como "una pequeña victoria" que sólo será completa si los 75 quedan en libertad.

3-V-10, F. García, lavanguardia