Un 13% de los jóvenes de entre 14 y 20 años reconoce haber ejercido, o al menos haber intentado ejercer, maltrato hacia la chica con la que ha salido o está saliendo. Un 9,2% de las jóvenes de esa franja de edad se confiesa víctima de malos tratos en algún momento. La diferencia se atribuye al hecho de que algunas de ellas no creen que determinadas actitudes de su pareja sean constitutivas de maltrato. Los datos proceden de una investigación realizada por la Universidad Complutense y que publicamos en la sección de Tendencias. Esa encuesta refleja que, pese a los indudables avances en materia de igualdad vividos por la sociedad española en los últimos años, el machismo continúa existiendo incluso entre los adolescentes. La ley contra la violencia de género no puede evitar que la educación sea el principal instrumento para desterrar patrones sexistas que pueden derivar en comportamientos preocupantes. Y en esa labor se demuestra que aún queda mucho por recorrer.
La educación machista pervive. Pese a los avances registrados en mil y un aspectos en la sociedad española, los principios machistas siguen agazapados y fuertemente mantenidos por un porcentaje de la población que se encarga de no que se rompa la cadena de generación en generación. Y esos principios, basados en el poder del hombre sobre la mujer, utilizando cualquier método, desde la agresión física hasta la coacción sobre los aspectos esenciales de su vida, también se reproducen en los menores. No son palabras, son datos. El 13,1% de los jóvenes de entre 14 y 20 años, reconoce haber ejercicio, o al menos intentado ejercer, maltrato hacia la chica con la que ha salido o está saliendo. El 9,2% de las jóvenes de esa franja de edad, por su parte, se confiesa como víctima de malos tratos en algún momento de su corta vida. ¿Por qué hay más chicos que se señalan a sí mismos como maltratadores que chicas víctimas? Porque algunas jóvenes siguen creyendo que el que su noviete le diga que no vale nada o que le haga sentir miedo o la insulte no es maltrato, es sencillamente, amor.
Estas son algunas de las respuestas que se encuentran en la investigación Igualdad y prevención de la violencia de género en la adolescencia, elaborado por la Unidad de Psicología Preventiva de la Universidad Complutense, y dirigido por María José Díaz-Aguado. Un avance de ese estudio, en el que ha colaborado el Ministerio de Igualdad, fue presentado ayer por el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, quien, sin embargo, quiso poner de manifiesto la parte positiva: la gran mayoría de las jóvenes (76,14%) y el 64,7% de los adolescentes rechaza de forma generalizada el sexismo, así como la utilización de todo tipo de violencia y "especialmente, la de género".
Sin embargo, y según el estudio, hay dos grupos que merecen una especial atención. El primero es el formado por un 18% de las chicas y el 32,1% de los chicos que justifican en cierta medida el sexismo y la violencia; y el segundo, el 4,6% de las adolescentes y el 3,21% de los varones que son víctimas y maltratadores claros. De hecho, unas ya lo han experimentado con frecuencia y los chicos lo han ejercido.
Datos que no deberían sorprender en exceso cuando se comprueba que el 8,1% de los chavales y el 3,3% de las chicas justifican que un hombre agreda a su novia porque le deja o que un buen padre debe dejar claro que él es el que manda, o que si una mujer es agredida es porque ha hecho algo, oque la violencia que se produce dentro de la casa es un asunto privado. Tampoco sorprende si el 13,7% de los varones y el 4,3% de las féminas creen que está bien que un chico salga con muchas chicas pero no al contrario, o que los hombres no deben llorar, o que los más agresivos son los más atractivos o que es correcto amenazar para que los demás sepan quién es el que manda...
8-VII-10, creemos que.../C. López, lavanguardia