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La Casa Blanca se pinta de negro. De negro, y no se vea en ello eufemismo alguno por el color de la piel del presidente. Sólo que, después de nueve años de guerra, el frente de Afganistán pasa por un periodo tenebroso. El plan de ruta de Obama cada día se complica más. Su anuncio de iniciar la retirada en el 2011 parece hoy una quimera en medio del desprestigio operativo y la pérdida de credibilidad.
A las recientes críticas del lenguaraz general Stanley Mc-Chrystal, quien en una entrevista en Rolling Stone arremetió de tal manera contra miembros del Gobierno que le ha supuesto su retirada, se suma ahora la filtración de 92.000 documentos secretos. ¿Secretos?
En estos informes se descubre la cara oculta del despliegue militar -operaciones encubiertas o muertes de civiles de las que nunca se dijo nada- y se denuncia la traición. Así, siempre según estos papeles, los servicios de inteligencia de Pakistán, el amigo en la zona, colaboran con los talibanes. Pakistán, que desestimó estas acusaciones, ha recibido anualmente más de mil millones de dólares de EE. UU.
De la lectura de estos secretos se deduce que los espías pakistaníes se reunían con los jefes insurgentes para diseñar la estrategia. Los colaboradores, se indica en estos papeles - muchos de ellos relatos directos de los protagonistas-corren de las reuniones con los aliados al encuentro con los talibanes. El presidente afgano, Hamid Karzai, dio veracidad a esta situación.
El panorama que se desprende de estos seis años de archivos, sacados a la luz por la web Wikileaks. org, dista mucho de acercarse al final. La imagen que se dibuja es, muy al contrario, de extrema dureza en el frente, uno de los peores momentos desde el 2001, subrayaron ayer los analistas. De ahí se desprende que la lucha antiterrorista se estanca; que entre los aliados de la OTAN se incrementa el escepticismo y que aumentan las dudas respecto a las promesas de Obama. Hubo quien habló de auténtica bofetada para él. Incluso el senador demócrata John Kerry criticó al Gobierno y mostró serias dudas sobre "la realidad estratégica"...
Julian Assange, fundador de Wikileaks.org, replicó que los dossiers contienen pruebas de posibles crímenes de guerra que deben investigarse. Entre los secretos figura la creación de comados para asesinar a supuestos líderes enemigos.
27-VII-10, F. Peirón, lavanguardia