El humo que durante seis semanas no ha dejado ver el otro lado de la calle en Moscú se ha colado también por la gran ventana de internet. A ella se asoman los nuevos movimientos de protesta rusos, que han encontrado en la blogosfera un instrumento ideal para levantar las ascuas de una sociedad habitualmente pasiva. En esta ocasión los blogueros y periódicos electrónicos han mostrado las imágenes más dantescas de los incendios, han cuestionado las versiones oficiales o han criticado la falta de medios de los equipos de extinción. El primer ministro, Vladimir Putin, recibe pullas estos días por viajar de copiloto el 10 de agosto a la provincia de Riazán y hacer ver que participaba en las labores de extinción. Con anterioridad, internet fue el ágora para discutir la corrupción policial o el altavoz para que un accidente mortal (75 fallecidos) en la estación hidroeléctrica de Sayano-Shushenskaya no se pasase por alto. El año pasado una campaña en internet aceleró la liberación de Svetlana Bajmina, que había dado a luz su tercer hijo en prisión mientras cumplía una controvertida sentencia por el caso Yukos. Y este año sirve de pregonero para los manifestantes con cubos azules en la cabeza que se quejan del excesivo número de coches oficiales con sirena y para la campaña Estrategia-31 de la oposición.
Esta ventana siempre está abierta, y en Rusia es absolutamente libre y accesible. El descontento social pasivo de la época soviética (caracterizado por el conocido dicho "vosotros hacéis que me pagáis y yo hago que trabajo") se ha convertido gracias a internet en un descontento activo. Sin embargo, el fenómeno de los blogs es muy joven. Dicen expertos y destacados blogueros rusos que es demasiado pronto para saber si internet puede quemar al Kremlin. Por si acaso, los partidarios del poder ya han puesto cortafuegos. Hace un lustro la mayoría de los foros de discusión política y los blogueros eran opositores; hoy, ya hay medios electrónicos abiertamente pro Putin y el presidente del país, Dimitri Medvedev, participa activamente con un blog en la plataforma digital Live Journal.
Lo que está claro es que está sirviendo para canalizar el descontento social y para destapar lo que los medios tradicionales (en su mayoría afines al poder) no cuentan.
15-VIII-10, G. Aragonés, lavanguardia