Guido Westerwelle legaliza su relación sentimental

El ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, un abogado de 48 años, se casó anteayer en Bonn con Michael Mronz. Westerwelle, que también es vicecanciller, es decir el número dos del Gobierno sólo por detrás de Angela Merkel, y líder del partido liberal (FDP), es el homosexual confeso de más alto rango de la política alemana. La ceremonia civil, que no fue exactamente un matrimonio, se celebró en el Ayuntamiento de Bonn, la antigua capital federal, y corrió a cargo del alcalde, Jürgen Nimptsch, informó ayer el diario sensacionalista Bild y confirmaron fuentes del partido liberal. La ceremonia tuvo un carácter privado y a ella asistieron una veintena de familiares y amigos íntimos de la pareja.

El matrimonio homosexual no está legalmente reconocido por el Estado en Alemania, pero una ley del 2001 estipula la figura de la "relación legalizada" entre personas del mismo sexo. La ley no confiere a esas parejas todos los derechos del matrimonio, pero sí los relativos a herencia y adopción de niños.



Michael Mronz, el compañero del ministro, es un empresario de 43 años que organiza encuentros y espectáculos deportivos. Westerwelle se destapó públicamente como homosexual hace seis años en una fiesta en Berlín, con motivo del quincuagésimo cumpleaños de Angela Merkel, a la que acudió con Mronz. Él y Mronz se conocieron en el 2003 y viven en pareja desde entonces.

Mronz ha acompañado al ministro en algunos de sus viajes, aunque no en calidad de consorte, sino como miembro de la delegación de empresarios que ocasionalmente acompaña a Westerwelle al extranjero. En uno de sus primeros viajes con empresarios, el ministro fue criticado por llevarse al novio con él. Algunos políticos y comentaristas vieron un conflicto de interés en el hecho de que Mronz viajara con Westerwelle a Brasil ya otros países de Sudamérica, por ser Río de Janeiro sede de los Juegos Olímpicos del 2016, circunstancia de la que podía beneficiarse la empresa de Mronz gracias a los contactos institucionales.

Desde entonces, el perfil público de Mronz se ha reducido un poco, por lo menos en lo referente a viajes oficiales. En una entrevista en el semanario femenino Bunte, Westerwelle declaró en agosto que, aunque su idea en materia de homosexualidad es la de "predicar la tolerancia" en el mundo, no pensaba aplicarla "con ligereza". En 75 de los 200 países del mundo la homosexualidad aún es delito, dijo entonces el ministro. En algunos de esos países, como Arabia Saudí, país que visitó en enero, la homosexualidad está castigada con la pena de muerte. Sin embargo, añadió, los temores acerca de que su homosexualidad perjudicara a la política exterior alemana en determinados países resultaron infundados.

19-IX-10, R. Poch, lavanguardia