El expediente para sancionar al Gobierno francés por su campaña de expulsiones de gitanos rumanos y búlgaros "avanza a buen ritmo", aseguró ayer su responsable, la vicepresidenta de la Comisión Europea, Vivian Reding.
Fiel a su estilo apasionado, lejos de creerse minada políticamente por las críticas recibidas por comparar la situación en Francia con la Segunda Guerra Mundial, Reding dijo sentirse "reforzada". La Comisión Europea asegura que las protestas de París por las formas con que Reding ha gestionado el asunto no la desviarán del fondo del asunto. Es decir, investigar si Francia ha violado o no las normas europeas sobre libre circulación de personas y la no discriminación por razones étnicas. El expediente puede acabar en el Tribunal de Justicia de laUE si París no acata los cambios legislativos que Bruselas podría proponerle.
Los servicios jurídicos comunitarios siguen analizando las explicaciones enviadas por el Gobierno francés con vistas a que el colegio de comisarios se pronuncie sobre la posible apertura de expediente, posiblemente el 29 de septiembre. La agenda de la Comisión Europea, no obstante, depende de su presidente, José Manuel Durão Barroso, advirtió Reding.
Más explícita fue la comisaria en su reunión a puerta cerrada con la comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo, en Estrasburgo. "La Comisión ha adelantado que existen sólidos indicios" de que Francia ha cometido una infracción, dijo después el eurodiputado Luis Fernando López Aguilar. La circular policial emitida por el Ministerio del Interior francés el pasado 5 de agosto "no habla de desmantelar en función de delitos cometidos individualmente, sino en función de la pertenencia a una etnia", resaltó el ex ministro español.
Reding compareció ante la prensa en Estrasburgo para hablar de la estrategia europea de igualdad de sexos, un contexto que le dio pie para reflexionar sobre cómo se la ha juzgado en los últimos días: "Cuando un hombre da un golpe encima de la mesa, se dice que es viril, que se defiende... Cuando lo hace una mujer, se dice que es una histérica". Ella suele darlos y lo hizo la semana pasada cuando, tras conocerse la polémica circular policial francesa, anunció la apertura urgente de expediente a Francia por la expulsión de cientos de gitanos.
Las palabras de la comisaria han propiciado una pequeña crisis diplomática entre Francia y su país de origen, Luxemburgo, cuya existencia ha lamentado un senador del partido de Nicolas Sarkozy. "Habría preferido que en 1867 Napoleón III y Bismarck hubieran llegado a otro tipo de acuerdo", dijo Philippe Marini. El primer ministro francés, François Fillon, ha telefoneado al jefe de Gobierno luxemburgués para disculparse. La polémica evidencia la creciente resistencia de Francia, y otros grandes países, a que las instituciones comunitarias puedan llamarlas al orden.
22-IX-10, B. Navarro, lavanguardia