ex altos cargos del PC chino reclaman libertad de expresión

Al Partido Comunista Chino (PCCh) le crecen los enanos. Pocos días después de que el disidente Liu Xiaobo ganara el premio Nobel de la Paz, un grupo de 23 ex altos cargos ha publicado una carta abierta en la que reclama reformas y libertad de expresión al Gobierno. En pocas horas la misiva ha recogido más de quinientas rúbricas. Un nuevo desafío para las autoridades chinas.

Un grupo de antiguos responsables del PCCh, entre los que se encuentra un ex secretario personal de Mao Tse Tung, ha decidido publicar una audaz y contundente carta abierta al Gobierno en la que reclama libertad de expresión y la abolición del poderoso censor chino. Se empezó a redactar antes de que Liu ganara el Nobel de la Paz y no tiene relación alguna, aunque coinciden en reclamar democracia.



El documento vio la luz el pasado martes en internet, lo recogió la prensa de Hong Kong, y desde ayer circulaba por los blogs y el servicio Twitter de la China continental, a pesar de los esfuerzos de la censura china para eliminarlo de la red. En pocas horas, más de quinientos ciudadanos habían suscrito estas reivindicaciones.

Sus autores han decidido publicar ahora esta carta abierta para hacerla coincidir con la próxima sesión plenaria del comité central del Partido Comunista. Una reunión que empezará mañana viernes y en la que los responsables del PCCh decidirán los grandes objetivos para el periodo 2012-2016, así como el tema del liderazgo político. Pretenden que sus reclamaciones sean tenidas en cuenta. "Si el Partido no se reforma por sí mismo, si no se transforma, perderá su vitalidad y morirá de forma natural", estiman los autores de la carta.



El documento está escrito de forma muy directa y empieza aludiendo al artículo 35 de la Constitución de 1982, que permite a los ciudadanos chinos "libertad de expresión, de prensa, de asamblea, asociación, manifestación y procesión". Sus autores señalan, sin embargo, que durante 28 años estos derechos sólo han existido de palabra y que en la práctica nunca se han aplicado, debido a que se han entorpecido con reglamentos y regulaciones detalladas.

El grupo de ex altos cargos políticos y editores de medios de comunicación opina que esta situación de "falsa democracia se ha convertido en una mancha escandalosa en la historia de la democracia mundial". Acusan de ello al poderoso aparato de propaganda del partido. Lo definen como la mano negra capaz de todo, incluso de censurar las peticiones de reforma política que en los últimos meses ha planteado el primer ministro Wen Jiabao.

Los dardos parecen dirigidos a los medios oficiales dependientes de la agencia de noticias Xinhua, que silenciaron los discursos del primer ministro en Shenzhen y ante la Asamblea de la ONU, así como una entrevista con periodistas de EE. UU., en los que abogaba por avanzar en el proceso de democratización.

"Demandamos la abolición de la censura", dice la carta, que recoge ocho propuestas concretas para garantizar la libertad de expresión en China. Entre ellas, piden también que se acabe con los tabúes en episodios espinosos de la historia del PCCh. "Los ciudadanos chinos tienen derecho a saber los crímenes y las malas prácticas del partido en el poder".

Falta por ver ahora el impacto de estas peticiones. Los firmantes de esta carta ya están fuera de juego. Tienen poca influencia sobre la política actual y es poco probable que perturben al Gobierno. No obstante, el creciente apoyo a su petición muestra el progresivo descontento ciudadano con la extensa y tupida red de la censura china y su control político.

14-X-10, I. Ambrós, lavanguardia