Liu Xia, esposa del Liu Xiaobo, declaró ayer a Efe, haber pedido a las autoridades chinas libertad de movimientos y que le permitan viajar a Oslo para recoger el premio en nombre de su esposo, el diez de diciembre.
A China se le ha atragantado la concesión del premio Nobel de la Paz al disidente Liu Xiaobo, que cumple una condena de once años de cárcel. En una espiral de declaraciones y acusaciones, el Gobierno chino comparó ayer la adjudicación de este galardón a Liu al fomento del crimen en el país asiático. El primer ministro japonés, Naoto Kan, por su parte, reclamó la liberación del activista, un gesto que puede reavivar las tensiones chino-japonesas.
Las autoridades chinas hicieron ayer nuevas demostraciones de intransigencia ante la asignación del premio a Liu Xiaobo, hace ya una semana. El portavoz del ministerio de Exteriores, Ma Zhaoxu. afirmó que "se trata de un criminal convicto que ha violado las leyes chinas" y que, por tanto, "entregar el Nobel de la Paz a semejante criminal equivale a fomentar el crimen en China y también a violar la soberanía judicial de este país", añadió.
El funcionario también dio a entender que existe una conspiración de Occidente contra el gigante asiático. "Me pregunto cuáles son las verdaderas intenciones de aquellos políticos y gobiernos que apoyan el Nobel a Liu Xiaobo", dijo el portavoz gubernamental en referencia a los numerosos países que han aplaudido la concesión del premio al activista chino y piden su liberación, como EE. UU., Europa y Japón. "¿Es porque están resentidos por el desarrollo de China y odian su sistema político?", concluyo Ma Zhaoxu, en una rueda de prensa.
La reflexión de este portavoz no es un caso aislado. La prensa oficial también se despachaba a gusto. El periódico en inglés Global
Times,del grupo del órgano del Partido Comunista, Diario del Pueblo,también acusaba a Occidente de librar una guerra ideológica sin fin contra China. "El premio Nobel de la Paz no es una voz aislada", afirmaba ayer este rotativo en su editorial. "Forma parte de un concerto lanzado por diferentes organizaciones no gubernamentales, entidades económicas y organizaciones internacionales y orquestado por los países desarrollados", señalaba este diario, esgrimiendo el fantasma de una conspiración antichina. "Esperan incluso que un día China se hundirá bajo el efecto de la cruzada ideológica occidental", reiteraba el Global Times.
Estos posicionamientos han llevado a Pekín a cancelar varias reuniones con ministros noruegos, así como la gira de una ópera protagonizada por el cantante Alexander Rybak, ganador del festival de Eurovisión 2009. Son las represalias que ha adoptado China contra el país escandinavo, al que acusa de apoyar la decisión del Instituto Nobel, una institución civil e independiente.
Japón se sumó ayer al coro de países que reclaman la liberación de Liu. Su primer ministro, Naoto Kan, lo sugirió de forma prudente para no reavivar las tensiones entre los dos países. "Sería deseable que lo liberasen", se limito a declarar el premier nipón ante una comisión parlamentaria.
Y Liu Xia, esposa del Liu Xiaobo, declaró ayer a Efe, haber pedido a las autoridades chinas libertad de movimientos y que le permitan viajar a Oslo para recoger el premio en nombre de su esposo, el diez de diciembre.
15-X-10, I. Ambrós, lavanguardia