Los centros de reclutamiento del Ejército estadounidense recibieron la noche del viernes un correo electrónico histórico. En el texto, el Pentágono daba la orden, por primera vez en su historia, de aceptar en sus filas a reclutas que se declaren homosexuales. No obstante, advertía a los solicitantes de que todo podía volver a cambiar. Y así parece, ya que ayer el Gobierno apeló la decisión judicial que ordena dejar de aplicar la ley Don´t ask, don´t tell (no preguntes, no cuentes) que obliga a la expulsión de gais y lesbianas cuando se hace pública su condición sexual.
Hace unas semanas, una jueza federal de California, Virginia Phillips, sentenció que esa ley es inconstitucional y solicitó al Pentágono que deje de aplicarla. La Administración Obama recurrió y solicitó a la jueza que permita la continuidad de la ley mientras el Ejército se adapta al cambio. Pero Phillips determinó que Washington no ha argumentado suficientemente su petición, por lo que trasladó al Pentágono la necesidad de dejar de aplicar dicha ley.
El Gobierno volvió a recurrir ayer la decisión ante un tribunal de apelaciones. Obama quiere que la ley sea derogada por el Congreso. Pero lo tiene difícil. El intento ya se ha hecho en el Senado y allí fue rechazada con los votos de los republicanos y algunos demócratas. Y si como todo indica los demócratas pierden la mayoría en las legislativas, Obama lo tendrá aún más complicado en el futuro.
Pero mientras tanto, algunos de los 14.000 soldados que han sido expulsados de las Fuerzas Armadas ya han comenzado a alistarse. Entre ellos está el ex teniente Dan Choi, que tras servir en Irak fue despedido sin honores por desvelar su homosexualidad en televisión.
Malestar entre los votantes
Lo que ha conseguido la sentencia es poner en primera línea de la campaña electoral el asunto de los derechos de los homosexuales. Por un lado está el malestar de muchos colectivos gais a causa del incumplimiento de las promesas electorales de Obama. El presidente se comprometió a acabar con la ley «no preguntes, no te cuento», pero ha sido un tribunal y no el Gobierno el que lo ha hecho. Eso hace que asociaciones gais se replanteen el apoyo a los demócratas. Pero al mismo tiempo está en discusión el matrimonio homosexual que rechazan tajantemente un buen número de candidatos republicanos, sobre todo los más próximos al Tea Party.
21-X-10, V. Toro, lavozdegalicia