martirio de la prensa libre en Ciudad Juárez

Luz Sosa tiene una voz muy suave, que flota arropada por la enorme libertad de los condenados a muerte. Su compromiso con la verdad de Ciudad Juárez le ha permitido trascender la vida. Es madre de dos hijos de 19 y 16 años, periodista de El Diario,y cada mañana sale a la calle a explicar cómo mueren las víctimas del narcotráfico en la ciudad más violenta del mundo, un heroísmo que ayer le valió el premio Vázquez Montalbán que concede el Col·legi de Periodistas de Catalunya. He aquí su relato:

"Siete mil personas han muerto en Ciudad Juárez desde que el presidente Calderón lanzó la guerra contra el narcotráfico hace dos años y medio y el narcotráfico va ganando. La delincuencia organizada es la autoridad de facto. La impunidad es total. Sólo el 10% de los crímenes se resuelven. Si el fiscal general ha estado implicado en la violencia cómo no va a estarlo un soldado o un policía que cobran un salario miserable.


Luz Sosa y Sandra Rodríguez

Nuestro fracaso como sociedad es total. Es necesaria una revolución social, de todos mexicanos, de los padres de familia, los sacerdotes y los jueces, para aprender a vivir en la legalidad. Claro que tengo miedo. Todos lo tenemos, pero más que aterrados estamos hartos de tanta muerte y este hartazgo puede servir para superar el miedo. La población va a decir basta. Basta a los 140 jóvenes asesinados por el narcotráfico y a todos los que, sin haber tenido ninguna oportunidad, han caído atrapados en las redes de los cárteles".

"Veo la muerte a diario. Un día tuve que informar de 20 asesinatos. Dos de mis compañeros han perdido la vida pero estos crímenes, lejos de amedrentarme, me han dado más coraje para seguir con mi trabajo. Podría retirarme pero no lo haré porque quiero informar a la ciudadanía, quiero crear una conciencia. Es mi grano de arena y la gente me lo agradece. Antes que a la policía, me llaman a mi para denunciar un crimen. Sé que puedo ser un blanco de los asesinos. Cualquiera puede serlo. Y si he de morir en el ejercicio de mi profesión estoy lista. Ya sé, incluso, cómo ha de ser mi funeral. Lo he hablado con mis hijos. Con lágrimas en los ojos, me han dicho que no quieren ser huérfanos, pero han entendido que esta es mi vida, que no voy a retirarme. Espero ver un México en paz y me gustaría estar ahí para escribirlo porque es duro escribir lo que escribo y escribir otra cosa sería bueno".

17-XI-10, X. Mas de Xaxàs, lavanguardia