Georges Soros, activista pro legalización de la marihuana

El comité de expertos británico que ha elaborado el ranking no la ha considerado tan peligrosa como la heroína, la cocaína o el alcohol... La marihuana, según los expertos británicos, se encarama a este octavo lugar de la clasificación por sus efectos sobre las funciones cognitivas. En cambio, resulta menos adictiva que la mayoría de las otras drogas y suele comportar menos problemas de convivencia familiar...

Han pasado 14 años desde que California adoptó una medida pionera. Aprobó el uso de la marihuana terapéutica. No son pocos los enfermos que encuentran alivio en ella. Sin embargo, las estadísticas, las que aporta Kim Raney, vicepresidente de la asociación de jefes de la policía del estado, indican que sólo el 2% de los consumidores le da una utilidad médica.

Para el resto es una cuestión de uso recreacional. Según estos datos, entre los hombres jóvenes, de 21 a 35 años, hay una verdadera plaga, porque ellos forman parte del 90% de enfermos a los que se les receta el cannabis.

Estos elementos facilitan entender la razón por la que se planteó en las urnas la pasada semana la legalización del cannabis, el cultivo, transporte y tenencia en pequeñas cantidades. No recibió el respaldo necesario, pero el margen no ha sido excesivo, del 56% al 44%, tras una operación mediática que le dio la vuelta a las proyecciones. La victoria del sí, como se anunciaba, empezó a asustar, dentro y fuera del país.

La derrota no ha impedido que se abra el debate, como nunca antes. "El solo hecho de que este asunto haya llegado a las urnas ya es una victoria", sostiene Michael Hawest, un neoyorquino de 27 años que se desplazó a Los Ángelespara participar en la campaña a favor de la iniciativa. Su destino fue el campus angelino de la Oaksterdam University, la institución que Richard Lee fundó en el 2007, en Aukland, para hacer pedagogía sobre el cultivo y su organización empresarial. Ahora ha dado otro paso adelante. Lee ha encontrado importantes aliados, de mucho peso. El financiero George Soros aportó un millón de dólares para sacar adelante la proposición 19.

En el entorno de la Oaksterdam no se tira la toalla. Dicen que reiterarán en sus intenciones. La marihuana ya es la cosecha más rentable en California, por delante de los viñedos. Sólo el business legal, el vinculado al alivio terapéutico, produce de 2.000 a 3.000 millones de dólares al año. Esta cantidad asciende a 15.000 millones si se incluye el mercado negro, la economía sumergida desarrollada al amparo de la normativa de 1996.

Los contrarios argumentan que la legalización podría convertir este estado en refugio de las mafias de la droga y punto central de distribución para EE. UU. Que la violencia iría a más es lo que defiende el jefe de policía Kim Rany. Además de que su adicción puede ser el paso previo a sustancias más duras, le quita importancia al número de detenidos por el consumo.

Sin embargo, la réplica a estos argumentos configura el tronco central de los defensores del uso recreacional. Cuando se acabó con la ley seca del alcohol se acabó con Al Capone y colegas. ¿Por qué no se puede comprar la hierba como el vino? Calculan que al menos 1.500 millones de dólares ingresarían en las depauperadas arcas del estado californiano.

Pero, junto a cuestiones económicas y sanitarias - bajo control oficial se supervisaría mejor la posible utilización de aditivos peligrosos-,Lee y los que comparten su punto de vista consideran que se acabaría con "el racismo" creado en torno al cannabis. En California se ha detenido a más de 500.000 personas por posesión de pequeñas cantidades en los últimos diez años. La mayoría eran negros o hispanos. "El arresto de afroamericanos es siete veces superior al de blancos", se indica en este estudio impulsado por el profesor Harry Levine, sociólogo en la City University de Nueva York. Lo curioso es que en la encuesta nacional sobre el uso de drogas y salud, los jóvenes blancos son mucho más consumidores de marihuana que los de los otros dos colectivos.

Este estado gasta al año más en prisiones que en educación, unos 216.000 dólares por joven detenido, por 8.000 por cada niño en un colegio público de Auckland. "Si fuera legal, el ahorro en cárceles se podría destinar a la escuela y los agentes no se distraerían en su persecución de los grandes delincuentes", ha reiterado Lee en sus mítines.

A su mensaje han hecho oídos sordos en el considerado "el Napa Valley (la zona productora de vino) de la marihuana". Es la zona norte de California, cerca de la tolerante San Francisco, en un triángulo compuesto por los condados de Humboldt, Mendocino y Trinity. Ahí se prodiga el cultivo. En los tres condados ganó el no. ¿Sorpresa? Para los cultivadores, la defensa de sus intereses reside en que el cannabis siga siendo ilegal. No hay impuestos, ni grandes compañías, al estilo de las tabaqueras, que acaparen el mercado. Cada uno a lo suyo.

8-XI-10, F. Peirón, lavanguardia