Nobel de la Paz 2010: 2a silla vacía y 5º que no lo puede recoger

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"Liu ha ejercido sus derechos civiles. No ha hecho nada malo. ¡Debe, por tanto, ser liberado!". Así de contundente fue el mensaje que el presidente del Comité Nobel Noruego, Thorbjörn Jagland, lanzó ayer a China durante la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz, que como cada año se celebró en el Ayuntamiento de Oslo y en la que la silla vacía de Liu Xiaobo se convirtió en el símbolo de la jornada.

El disidente chino, que en 1989 tomó parte en las protestas de Tiananmen y hace dos años participó en el lanzamiento del manifiesto prodemocrático Carta 08,cumple una condena a once años de cárcel, motivo por el que no pudo viajar a Noruega. La decisión de concederle el Nobel de la Paz ha enfurecido hasta tal punto a las autoridades chinas que no han permitido salir del país ni siquiera a su mujer, Liu Xia, u otros familiares, que en estos momentos se encuentran bajo vigilancia o arresto domiciliario.


Liu Xia & Liu Xiaobo

Esta circunstancia ha hecho que nadie en su lugar pudiera recoger el galardón, algo que no sucedía desde 1935, cuando el comité concedió el premio al activista Carl von Ossietzky. "Hitler se puso furioso y prohibió a todos los alemanes aceptar cualquier Nobel", relató Jagland, recordando que Ossietzky falleció al año siguiente de su nombramiento. Algo parecido les ocurrió en 1975 al ruso Andrei Sajarov y en 1983 al polaco Lech Walesa, así como, más recientemente, en 1991, a la líder birmana Aung San Suu Kyi, aunque ellos sí pudieron mandar a alguien en su nombre. El hecho de que nadie haya podido venir este año no es más que un reflejo de lo "necesario y apropiado" que era concedérselo a Liu Xiaobo, resaltó Jagland, que tuvo que conformarse con depositar el diploma y la medalla del premio en el sillón vacío del disidente...

Esto, no obstante, parece no haber cambiado ni un ápice el optimismo con el que Liu mira hacia el futuro de su país, tal como refleja su famoso discurso No tengo enemigos, mi declaración final. Xiaobo, que pronunció este alegato el 23 de diciembre del 2009 durante el juicio que le condenó a prisión, quiso expresamente que este mismo texto fuera leído durante la ceremonia de ayer, encargo que fue puesto en práctica por la actriz noruega Liv Ullmann. A través de ella, Xiaobo volvió a repetir una vez más que no tiene enemigos ni siente odio hacia el régimen que le retiene en la cárcel. Asimismo, aseguró que el progreso político "no parará" hasta alcanzar "una futura China libre".

Liu recuerda que las protestas de la plaza de Tiananmen supusieron un "punto de inflexión" en su vida y, de hecho, es a las víctimas de esta masacre a quienes ha dedicado el galardón...

Las palabras de Liu generaron la visible emoción del público, entre el que se encontraban los reyes Harald y Sonia de Noruega y representantes de 46 naciones distintas. Al final se redujeron a una quincena los países que boicotearon el acto ya sea por la amistad que tienen con China como por las presiones comerciales y políticas que Pekín ha ejercido sobre ellos. Sí estuvieron presentes, en cambio, unos 40 opositores en el exilio, en representación de los cerca de 200 activistas a quienes las autoridades chinas impidieron salir del país.

Y frente a las airadas críticas de China, que calificó el evento de "farsa", resonaron las voces de los principales líderes mundiales, empezando por Obama, el galardonado del año pasado, quien admitió que Liu "se merece ese premio" mucho más que él. El presidente de EE.UU. remarcó que el progreso económico debe estar acompañado del "avance de la democracia y el imperio de la ley". "Los valores que él defiende son universales, su lucha es pacífica y debería estar en libertad tan pronto como sea posible", sentenció. A sus muestras de solidaridad se unieron las de la UE y Taiwán, así como de Lech Walesa, Aung San Suu Kyi o el Gobierno de Tíbet en el exilio...

Las autoridades chinas no escatimaron esfuerzos desde primera hora de la mañana para responder a la imagen de la silla vacía con que en Oslo homenajeó a Liu Xiaobo. Las cadenas de televisión BBC, CNN y TV5 se quedaban en negro cada vez que iniciaban una información sobre la ceremonia del Nobel.

Tampoco se podía acceder a las páginas de estos y otros medios de comunicación extranjeros a través de internet. Asimismo, las palabras Oslo y silla vacía estaban censuradas. Ello no impidió, sin embargo, que los internautas se dedicasen a colgar en la red fotos de todo tipo de sillas vacías a lo largo del día, en un simbólico acto de protesta...

La vivienda de Liu Xiaobo y su esposa, Liu Xia, confinada allí desde que se conoció que había sido premiado, amaneció inaccesible. Además de la vigilancia policial, una inoportuna obra impedía el acceso físico al portal del edificio. Todo el pavimento alrededor de la zona residencial estaba levantado, según la agencia Efe. Amigos de la pareja y activistas de los derechos humanos están bajo vigilancia policial en unos casos y en otros han sido trasladados fuera de Pekín, hasta el próximo domingo. Zhang Zuhua, disidente y amigo personal de Liu Xiaobo, fue detenido y se halla en paradero desconocido desde el jueves, según la organización Defensores de los Derechos Humanos en China (CHRD, en sus siglas en inglés)...

Con anterioridad, entre cien y doscientas personas se habían manifestado ante las oficinas de las Naciones Unidas en Pekín, para conmemorar el día mundial de los derechos humanos. "Este año he visto que había mucha más gente que en otras ocasiones", apuntó un representante de la ONU, que pidió no ser identificado.

Precisamente un día como ayer, hace dos años, se hizo publica la Carta 08. Liu Xiaobo es, precisamente, uno de los impulsores de este texto que reclama, entre otras cosas la democratización de China.

11-XII-10, G. Moreno/I. Ambrós, lavanguardia