...en la noche del 27 al 28 el Gobierno egipcio obligó a los cuatro principales proveedores de internet a desconectarse de sus usuarios, interrumpió las redes móviles e incluso exigió a Vodafone, el principal proveedor, enviar un SMS anónimo a todos los abonados apoyando a Mubarak. Y sin embargo el 28, bautizado viernes de la cólera,las manifestaciones redoblaron su fuerza. El Baradei volvió al país para unirse al movimiento. El régimen empezó a tambalearse. Una vez que hay decenas de miles de personas en la calle, la comunicación por internet ya no es indispensable, hay otras formas de entenderse, del boca a boca a los panfletos tradicionales, pasando por el fax y las radios de aficionados. La cobertura mediática internacional, en particular mediante televisión por satélite, conecta a los egipcios entre sí y con el mundo. Además se organiza el rescate internauta global. La red de hackers Tor y organizaciones internautas como Telecomix difundieron números de teléfono internacionales para conectar a internet mediante modem. Google y Twitter establecieron un sistema conjunto para conectar llamadas telefónicas internacionales a un sistema que enviaba el mensaje por Twitter y de ahí a fax. Proveedores de internet europeos proporcionaron conexión gratuita mediante llamadas de teléfono (las líneas fijas no fueron cortadas). Hasta que finalmente se restableció parcialmente el servicio de internet el 1 de febrero. En ese momento la cobertura informativa internacional ya era permanente y se podía acceder por satélite y por internet. De ahí que el último y desesperado intento de Mubarak fuera atacar salvajemente a los periodistas, entre ellos a los de este diario, intimidarlos para silenciarlos. Sin conseguirlo, gracias a su coraje, mientras que los manifestantes continuaron enviándoles información e imágenes. Ciudadanos periodistas y periodistas ciudadanos se fundieron en un abrazo por la libertad.
La batalla de la comunicación fue también esencial en EE.UU. para que Obama se decidiera a presionar al ejército exigiendo la destitución de Mubarak a pesar de la oposición de Israel. Y es que la revolución no surge sólo de la comunicación, pero la wikirrevolución tiene lugar en el nuevo espacio público resultante de la conexión entre redes digitales y plazas simbólicas. El futuro de Egipto y Túnez es incierto. Pero ya sabemos qué forma tienen las revoluciones del siglo XXI.
Por cierto, China acaba de prohibir en internet la palabra clave Egipto.
5-II-11, Manuel Castells, lavanguardia