El Vaticano pone al día su lista de pecados, adaptándola a la realidad del siglo XXI. A las transgresiones morales tradicionales se añaden graves faltas que son ahora posibles debido a los avances científico-tecnológicos, al modo de vida y a otras realidades sociopolíticas. Los máximos responsables de la Iglesia católica catalogan como nuevos pecados la fecundación asistida, los experimentos con células madre, el consumo abusivo de drogas, los atentados contra el medio ambiente y las conductas que contribuyan a incrementar la disparidad entre ricos y pobres.
No es novedad que la Iglesia católica condene o esté en desacuerdo con las acciones y comportamientos arriba señalados. Pero sí resulta significativo que emplee la categoría de pecado para referirse a ellos. El análisis de esta problemática forma parte del curso al que asisten estos días en Roma unos 750 nuevos sacerdotes de todo el planeta. La Penitenciaría Apostólica, un dicasterio vaticano encargado de los asuntos de conciencia y de las indulgencias, desea dar pautas actualizadas a estos curas para que puedan administrar de la mejor manera posible el sacramento de la confesión, una práctica que está en declive entre los católicos y que la Iglesia quiere volver a potenciar.
"Hoy hay nuevas formas de pecado que antes no podíamos ni imaginar - declaró al diario La Stampa el obispo regente de la Penitenciaría Apostólica, Gianfranco Girotti-.Las nuevas fronteras de la bioética, sobre todo, se colocan frente a alteraciones moralmente ilícitas y que abarcan un campo muy amplio". El prelado aludió a algunas técnicas de fecundación artificial, como la in vitro, que la Iglesia ve éticamente inaceptable, y también a los experimentos con células madre
22-III-11, E. Val, lavanguardia