Sarkozy se lanza a la demagogia de la ´guerra a las drogas´

- reforma de las Convenciones ONU sobre drogas

El veneno de la cocaína ha empezado a emponzoñar a los países de África Occidental. Inermes ante el poder y el dinero de los narcos, países como Guinea-Bissau, Senegal, Cabo Verde, Benín, Nigeria o Mauritania han pasado a integrar en los últimos años una nueva ruta de tránsito de la droga procedente de los países productores de América Latina hacia Europa, amenazando gravemente su estabilidad política. Para ayudar a estos países a frenar este tráfico, el G-8, presidido actualmente por Francia, ha propuesto la creación de un fondo mundial que, dotado parcialmente por el dinero y los bienes confiscados a los narcos, contribuya a financiar la lucha antidroga.



La idea de este fondo, planteada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, fue avalada ayer en París por los ministros del Interior del G-8 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Rusia) y de una quincena de países de Europa, América Latina y África- entre ellos España-directamente afectados por el tráfico de droga, ya sea como productores, consumidores o países en tránsito, así como una decena de organismos regionales e internacionales.

La viabilidad de la constitución de este fondo será examinada ahora por la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (Onudc), pero el camino se prevé largo y tortuoso, sobre todo en el contexto actual de recortes presupuestarios generales. El ministro francés del Interior, Claude Guéant, admitió explícitamente esta dificultad y renunció a poner fechas y cifras a la iniciativa.

El plan de acción acordado en la reunión de París prevé asimismo intensificar la recogida y explotación conjunta de información - sobre todo en América Latina, donde no existe ningún centro regional de intercambio de información-,facilitar las acciones marítimas contra los transportes de droga - incluso en aguas territoriales de otro país-,y mejorar los procedimientos judiciales y la formación policial contra el narcotráfico en aquellos países donde presenta más insuficiencias.

Si Francia ha querido centrarse en el problema de la cocaína es porque el consumo de esta droga - con cerca de 17 millones de consumidores en todo el mundo y un volumen de negocio de 84.000 millones de dólares (58.500 millones de euros)-se ha más que doblado en Europa en la última década, donde ha pasado de 2 a 4,5 millones de consumidores, captando el 25% de la producción.

En los últimos años, debido fundamentalmente a la mejora de la eficacia policial, el tráfico directo de cocaína por vía marítima entre América Latina y las costas europeas - EspañayPortugal-ha disminuido, obligando a los narcos a explorar rutas alternativas. El ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, subrayó que la cocaína decomisada por la policía española se ha reducido a la mitad - de 50 a 25 toneladas anuales-en los dos últimos años. Una parte creciente de este tráfico pasa hoy por los países de Áfricaoccidental, desde donde se redistribuye hacia Europa. Semejante flujo representa, según alertó Guéant, un serio problema para la estabilidad política de estos países, como demostró el "narcogolpe de Estado en Guinea-Bissau del 2010".

11-V-11, Ll. Uría, lavanguardia