Las personas portadoras del virus del sida en China son discriminadas en los hospitales del país. A menudo, se les niega el tratamiento, debido al miedo y a la ignorancia que existe sobre esta enfermedad. El gobierno chino ha dado pasos en los últimos años para luchar contra esta discriminación; pero no ha obtenido el éxito que muchos esperan. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo dependiente de la ONU, ha denunciado la marginación que sufren las personas seropositivas por parte del sistema sanitario de este país en la presentación del informe Discriminación contra los pacientes con VIH en el entorno sanitario de China.
El estudio ha sido llevado a cabo conjuntamente con el Centro Nacional de Prevención y Control de Sida y Enfermedades Transmisión Sexual de China, a partir de entrevistas realizadas a más de un centenar de personas seropositivas y de más de veinte directores y personal sanitario de centros hospitalarios de varias provincias chinas. Sus conclusiones son diáfanas acerca de la segregación de que son objeto los pacientes cuando revelan que son portadores del virus del sida.
La falta de equipamientos y la obligatoriedad de acudir a centros para infecciosos, alegando falsamente la necesidad de protege a otros pacientes, son las principales excusas esgrimidas para rechazar su tratamiento, según el documento.
Pero para Ann Herbet, director de la oficina de la OIT para China y Mongolia, "el estigma y la discriminación en el sistema de salud, en gran parte derivados de la escasa conciencia, es potencialmente más mortal que el sida en sí mismo. Así, por ejemplo, en la presentación del informe, un hombre infectado del virus del sida explicó como varios hospitales de Tianjin y de Pekín se negaron a tratarle un problema de espalda en cuanto dijo que era seropositivo. "Un doctor me dijo que no podía operarme en su hospital, porque había muchos otros pacientes que necesitaban ser intervenidos y se podían infectar", dijo. A continuación añadió que visitó otro centro hospitalario, cuyo médico le dijo que "simpatizo contigo por el sufrimiento que padeces, pero no me atrevo a operarte".
Este testigo, un trabajador de Tianjin, explicó que perdió su empleo en una acería después de que su jefe descubriera que era seropositivo. "He visitado muchos otros hospitales y me he encontrado son negativas similares y con la excusa de falta de equipamientos", añadió.
Testimonios como el de este trabajador se repiten uno tras otro a lo largo del estudio de la OIT. Otro paciente seropositivo explicaba las dificultades que tuvo para lograr ser intervenido de un tumor en el estómago. "Cada hospital me decía que tenía que ser intervenido rápidamente, pero cuando descubrían que era portador del virus del sida, ninguno quería aceptarme. Me sugerían que fuera a los centros hospitalarios para infecciosos".
Las 740.000 personas que son oficialmente seropositivas en China chocan con el hecho de que numerosos centros hospitalarios generalistas envían a estos pacientes - independientemente de la enfermedad que padezcan-a los hospitales para infecciosos. Pero allí sólo son admitidos aquellos que precisen un tratamiento específico relacionados con el sida.
A ello se suma el hecho de que los hospitales en China están obligados a tener beneficios. Una imposición que les impulsa, en muchos casos a rechazar pacientes por miedo a provocar que muchos otros pacientes dejen de acudir a dicho hospital, según señala el informe de la OIT.
El Gobierno chino tardó en aceptar la amenaza de esta enfermedad, pero en los últimos años ha dado grandes pasos en la lucha contra el sida. En el 2005 presentó un reglamento para garantizar el derecho de las personas seropositivas a recibir asistencia sanitaria. En el 2010, el Gobierno introdujo nuevas acciones políticas contra la discriminación.
22-V-11, I. Ambrós, lavanguardia