China dio ayer una agradable sorpresa. El conocido artista y activista Ai Weiwei fue puesto en libertad bajo fianza a última hora del martes. La policía lo liberó después de que confesara ser culpable de fraude fiscal y en atención a la enfermedad crónica que padece.
"Estoy bien. Estoy de nuevo en casa y estoy libre. No puedo decir nada más". Con estas breves palabras al periódico alemán Bild,Ai Weiwei confirmaba su puesta en libertad tras permanecer casi tres meses retenido en paradero desconocido por las fuerzas del orden chinas.
El artista vanguardista había sido detenido el pasado 3 de abril en el aeropuerto de Pekín, cuando se disponía a tomar un vuelo con destino a Hong Kong y de allí a Alemania, para inaugurar una exposición. Su detención se produjo en el marco de una de las más duras campañas de represión del régimen contra la disidencia, inducida por la idea de las autoridades de evitar cualquier contagio de los movimientos revolucionarios que tuvieron lugar a partir de febrero en los países árabes.
El arresto de Ai Weiwei y la posterior falta de información acerca de su paradero por parte de las autoridades policiales provocó una rápida reacción por parte de gobiernos de numerosos países. Estados Unidos, Francia, Alemania y el Reino Unido, entre otros, se interesaron por la suerte del conocido acitivista chino y los delegados de la Unión Europea mencionaron su caso como asunto prioritario en la reunión sobre derechos humanos mantenida la semana pasada con representantes del régimen chino.
Desde un primer momento, las autoridades chinas dieron a entender que Ai era sospechoso de haber cometido un fraude fiscal y que estaba siendo investigado por ello. En los últimos días, además, existía el rumor de que se le consideraba culpable y podía ser castigado con pena Fuentes cercanas apuntaban ayer que la notoriedad mundial de Ai y la amplitud de las reacciones por su detención había sorprendido a Pekín, que no sabía muy bien cómo cerrar el caso.
Al final, una empresa controlada por Ai Weiwei, la Beijing Fake Cultural Development Ltd., se ha declarado culpable "de una evasión fiscal masiva, así como de haber destruido intencionadamente documentos contables", señala la agencia de noticias Xinhua.
Esta confesión ha permitido a "la policía de Pekín anunciar que Ai Weiwei ha sido liberado bajo fianza y por su colaboración, ya que había confesado sus crímenes, así como debido a la enfermedad crónica que padece", según Xinhua.
En la decisión de las autoridades policiales habría influido, asimismo, "el compromiso del artista de pagar sus deudas al fisco chino", precisa la agencia china.
El Parlamento Europeo, a través de su presidente, el polaco, Jerzy Buzek, saludó la puesta en libertad del artista. "Su detención era injustificable e inaceptable", afirmó Buzek en un comunicado en el que denunciaba que "la detención de Ai Weiwei forma parte de la represión generalizada que se ha abatido recientemente sobre los militantes de los derechos humanos y los disidentes en China".
23-VI-11, I. Ambrós, lavanguardia