la esclavitud sexual, el gran negocio del siglo

"En venta: Mariana, 15 años"
Iana Matei
Roca, 216 pgs, 16 euros

La historia arranca en una ciudad española y parece una película de Almodovar: Pepi, la madre de un tipo que va de putas, logra que una adolescente rumana secuestrada y explotada en el burdel al que acude su hijo logre escapar de sus raptores. Ionela, que así se llama la muchacha de 15 años, ha sido engañada en su país de origen, vendida, apaleada, violada, enviada a Turquía y luego a España para servir en un prostíbulo donde intenta matarse hasta que topa con un tipo extraño que le pregunta su edad. De vuelta a Rumanía, viviendo en casa de una tía, la atrapan de nuevo. Pide socorro a Pepi que busca un abogado que contacta con Iana Matei, responsable de una ONG (Reaching Out) que cobija esclavas sexuales. La autora de este libro, la rescata antes de ser enviada a los lupanares turcos. Iana Matei, (Orastie, Rumanía, 1960) activista contra el régimen de Ceuscescu, salió de su país perseguida por el gobierno. se trasladó a Australia donde creó una asociación de niños en la calle cuya actividad continuó cuando regresó a Rumanía. Un día de 1999 le llamaron de la comisaría: ¿Tenía Matei algo de ropa para tres "golfillas"? Cuando llegó se encontró a tres chiquillas asustadas -una de ellas, Mariana- con historias espeluznantes: alguien las había secuestrado y vendido por 100 euros... ¿Cómo podía la policía haberla llamado por la pinta que llevaban y no por la gravedad de los hechos: menores, secuestro, venta, explotación...? Matei sostiene que no es indiferencia sino incredulidad lo que ve en la mirada de algunos hombres.



Actualmente entre 800.000 y 2,4 millones de personas, en su gran mayoría mujeres y niños, son víctimas del tráfico sexual en el mundo. Esta realidad, la miremos o la ignoremos, es dura. Y el libro -bien narrado, con ritmo y soltura- explica con pelos y señales el tráfico de mujeres de los países del Este a las calles o burdeles de España, Italia, Grecia, República Checa. y Alemania. Un lucrativo negocio que genera más beneficios que la droga o las armas, y con el que políticos y jueces de Europa no saben qué hacer: ¿legalizarlo? ¿Esconder a las putas para que no escandalicen? Y son mujeres como Mariana que aceptan unas diez violaciones diarias con tal de entregar los 300 euros al día que exige su chulo. Y así nos enteramos del precio de mercado para una violación: 30 euros por la prestación básica, felación y penetración en una única postura. ¿Algún cliente preguntó a Mariana si estaba allí porque quería?

"El hombre del corazón negro"
Ángela Vallvey
Destino, 541 pgs, 20´5 euros

"La botella del náufrago"
Antonio Jiménez Barca
RBA, 267 pgs, 20 euros

Aparecen en el mercado editorial, dos novelas que investigan a fondo el tráfico de mujeres - yniñas-desde los países del Este. Desde Rumanía a un burdel de Vigo, dos libros que trazan el mapa de una penuria incesante.

ÁngelaVallvey (San Lorenzo de Calatrava, Ciudad Real, 1964) tuvo que sufrir - así lo dijo ella-,y mucho, para seguir adelante con esta crónica del funcionamiento de las mafias del Este y, en especial, con respecto al tráfico de mujeres y niñas. Porque estas niñas existen. Las engañan en alguna ciudad de la ex Unión Soviética, por ejemplo, con un prometedor trabajo de canguro en una próspera familia de Estambul. Polina es una de ellas. Y a ver quién podrá olvidar el relato de su peripecia hasta acabar en un cuartucho en donde - literalmente-se orina encima cuando aparecen sus verdugos: violadores criminales, bestias que igual ahora mismo están nadando en una piscina en alguna residencia de la hortera y suntuosa costa de nuestro país. Esto, de verdad, no se olvida.

Pero el libro es mucho más: un análisis de este enorme tráfico de dinero sucio que, como decía el escritor Petros Markaris, sustenta hoy la economía - "mientras el parlamento europeo es como un florero"-y, por tanto, alcanza a la política y a los gobiernos. La sangre derramada por la virginal Polina nutre el incesante y multiforme tráfico financiero.

ÁngelaVallvey, periodista y escritora, ganadora del Premio Nadal con Los estados carenciales y del Ateneo de Sevilla con Nacida en cautividad,llevó a cabo una curiosa operación: estudiar la ingeniería del mal, sus miserables orígenes, la vida entre ladrones y asesinos, el retrato (y muy bueno) de la vida carcelaria y sus jerarquías, y el viaje de los engañados y desposeídos. Al mismo tiempo, no quiso renunciar al ligero encanto de narrar a ciertos personajes desde una especial ironía: el juez solterón de Madrid que tomará cartas en un asunto que comienza de forma trivial, la joven policía que - y qué buena imagen-alguna vez hirió el corazón de quien - como otros tantos que desfilan por aquí, algunos dignos herederos de las catacumbas del estalinismo-,cabe preguntarse si alguna vez lo tuvieron.

En un tono muy distinto - y en una narración firme y punzante-el periodista Antonio Jiménez Barca recurre a un protagonista en horas bajas para tratar el mismo tema. La víctima se llama Sofía, y nada se sabe de ella, además de que vive con un tipo de dudosa calaña en un piso de Madrid del que nunca sale. La verdad es que vive hipnotizada delante del televisor, "sin moverse, sin hablar, ausente, como si fuera idiota", y su historia es igual a la de tantas otras chicas. Ha sido vejada, golpeada, utilizada hasta el agotamiento. Y aún le queda mucho más por soportar. Pero en esa misma escalera vive un viejo jubilado que se resiste a quedarse de brazos cruzados. Sólo que este hombre es demasiado mayor para atinar a hacer algo, de modo que recurre a un vecino suyo para que salve a esa chica. El problema es que, a duras penas, Julián Chacón, está siendo capaz de salvarse a sí mismo. No obstante, este periodista de un programa de radio nocturno adonde la gente llama para contar sus problemas - hay mucha soledad en este libro, y muy bien tratada-decide actuar. Sofía ya no vive en su edificio, pero él tiene un amigo policía que podrá ayudarle a emprender su búsqueda que empieza por los bajos fondos de Vigo.

Antonio Jiménez Barca (Madrid, 1966), periodista, autor de una novela anterior - Deudas pendientes con la que ganó el premio de la Semana Negra de Gijón-,sigue los pasos de este valiente y herido personaje que, a su vez, intenta dar con Sofía. Pero cuando Julián empieza a interrogar a todas esas muchachas que se le insinúan sonrientes desde la barra de un oscuro bar, la respuesta es miedo y silencio. Sofía fue engañada en Rumaníia y fue vendida y revendida. Y ese será su destino, hasta que su cuerpo y su espíritu queden tan maltrechos que ya nadie dará un duro por ella. Su último propietario es un tipo indeseable que es todo un personaje. Mete miedo y asco al mismo tiempo. Además de comprar y vender mujeres, trabaja a sueldo del dueño de una inmobiliaria: se encarga de amenazar inquilinos, hacerles la vida imposible - sobre todos si son viejos y con contratos antiguos-hasta echarlos de sus pisos.

El mal tiene muchas caras. Y sobre todo una: cada vez que una prostituta baja la vista y se niega a hablar, se adivina ese infierno que este escritor, como ÁngelaVallvey, decidió investigar. Después de estos dos libros, quien observe a una muchacha haciendo la calle deberá preguntarse cuánta amenaza y cuanta extorsión pesa sobre sus espaldas. Aunque ella sonría.

22-VI-11, L. Neuman, culturas/lavanguardia