Un padre asesinó a tiros a seis de sus hijas, anteayer en Pakistán, porque dos de ellas se veían con chicos y las demás las encubrían. El trágico suceso ocurrió en la ciudad de Faisalabad, la tercera más populosa del país, en la provincia de Punyab. El asesino llamó a sus hijas adolescentes a su cuarto y las mató a punta de pistola frente al resto de la familia, incluida su esposa, que llamó a la policía. Sin embargo, el parricida no mostró ningún arrepentimiento por su acción y declaró que volvería a hacerlo, porque dos de ellas "habían perdido la honra" y las demás se lo ocultaron. El desencadenante del drama fue un hermano de las víctimas, que confesó al padre que dos de ellas - Samina, de 14, y Razia, de 16-estaban saliendo con dos universitarios del barrio. También en Pakistán, a principios de mes, una chica de dieciocho años fue atada y electrocutada hasta la muerte por su padre - ante sus hermanos-tras haber sido sorprendida yaciendo en el campo junto a su primo.
Los mal llamados crímenes de honor son relativamente frecuentes en India y Pakistán, donde hay más de mil asesinatos de este tipo al año, según la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán. Este factor, junto a la violencia doméstica, contribuye a colocar a Pakistán como tercer país más peligroso del mundo para las mujeres según un estudio de la Fundación Thomson Reuters divulgado el mes pasado. Aunque sus vecinos tienen poco de que alegrarse, ya que Afganistán figura en el primer lugar e India en el cuarto. Los crímenes de honor son también relativamente frecuentes en India, aunque acostumbran a ser espoleados por el agravante - a ojos de los parientes criminales-de la diferencia de casta ode religión. Asimismo, cada vez más hindúes y sijs acomodados recurren al feticidio femenino, inexistente entre musulmanes y cristianos, cuyas hijas no deben aportar dote en su matrimonio.
28-VII-11, J.J. Baños, lavanguardia