OTPOR: escuela transnacional gandhiana de democracia

La revolución que vino de Serbia

2 marzo 2011 Svenska Dagbladet Estocolmo Tomas Lundin
presseurop
El Cairo, abril de 2010. Una manifestante de la oposición sujeta una bandera con el símbolo del movimiento 6 de abril. 
El Cairo, abril de 2010. Una manifestante de la oposición sujeta una bandera con el símbolo del movimiento 6 de abril.
AP-SIPA

El Movimiento del 6 de Abril, punta de lanza de la revolución egipcia, se formó en parte según las directrices del movimiento Otpor!, que estuvo en el origen de la caída del régimen Yugoslavo de 2000.

Algunos los han apodado "Revolución S.A.". Han formado a activistas y resistentes en la mayoría de los regímenes dictatoriales del planeta. Sus métodos han servido de "armas" en todos los lugares, desde la Revolución de las Rosas en Georgia [en 2003] a la de los Tulipanes en Kirguizistán [en 2005]. Y actualmente, se aplican en el movimiento de revuelta que se extiende por el mundo árabe.

"Sí, es cierto. Hemos formado a jóvenes del Movimiento del 6 de Abril en Egipto"[el movimiento fundado en Facebook en el origen de las principales manifestaciones contra el régimen de Hosni Mubarak], afirma Srdja Popovic, que dirige el CANVAS (Center for applied nonviolent action and strategies, Centro de estrategias y acciones no violentas aplicadas) en Belgrado, cuyos directores son veteranos experimentados del movimiento de resistencia cívica Otpor!.

     

¿Un exportador de revoluciones?

Pero Srdja Popovic no hace alardes y se muestra hasta casi molesto cuando se le pregunta si Otpor! es un exportador de revoluciones. "No nos plantamos con la revolución en la maleta. Es su revolución y los consultores extranjeros no tienen nada que ver. Han arriesgado sus vidas por la libertad y la victoria es 100% suya. Y punto". Srdja Popovic es desde hace tiempo especialista en desobediencia civil y en resistencia pacífica. En 1998, con 25 años, funda Otpor! con una docena de compañeros mientras cursaba estudios de biología. Milosevic ocupaba el poder desde hacía diez años y se disponía a declarar la guerra a Kosovo.

En un restaurante universitario de Belgrado, redactaron las normas de un nuevo movimiento de resistencia, inspirado en Mahatma Gandhi y en la lucha contra el apartheid. Pero aportan a su movimiento una imagen fresca y moderna que atrae incluso a los jóvenes no politizados. Unas acciones llenas de fantasía, que comienzan a llamar cada vez más la atención de los medios de comunicación, se convierten en su seña de identidad. Desafían y se burlan del régimen. Pero se enfrentan a soldados y policías con flores. Otpor! comprende que Milosevic caerá en cuanto haya perdido el apoyo incondicional de la policía y el ejército.

El emblema de Otpor¡ en las calles de El Cairo

"Así son los métodos y el mensaje que enseñamos ahora a los activistas de otros países", explica Srdja Popovic. "En nuestros cursos, les pedimos que identifiquen los pilares del régimen. Y luego les decimos: ´No los ataquéis, porque con ello sólo conseguiréis violencia, probad mejor a ponerlos de vuestro lado´". Desde el inicio del levantamiento contra Hosni Mubarak, hemos podido ver en las calles de El Cairo y en la plaza Tahrir a miembros del Movimiento del 6 de Abril blandiendo el emblema de Otpor!: un puño blanco cerrado sobre un fondo negro. Entre estos militantes se encuentra Mohammed Adel, un bloguero de 22 años. "Estuve en Serbia y recibí formación sobre organización de manifestaciones pacíficas y sobre los mejores medios de oponerse a la brutalidad de los servicios de seguridad", contó en una entrevista concedida a Al Yazira.

Cuando volvió a Egipto, a finales de 2009, traía en su maleta una guía de las actividades subversivas, que transmitió a los demás miembros del Movimiento del 6 de Abril y al movimiento de oposición Kifaya. Apenas un año más tarde, sacó partido de lo aprendido. Srdja Popovic afirma que lo decisivo es el "people power", el poder del pueblo. Ninguna revolución se parece a otra, pero existe un arsenal de instrumentos que pueden ponerse en práctica en cualquier lugar. "Cualquier régimen, incluso el más represivo, puede derribarse con medios pacíficos", asegura.