Ai Weiwei paga la fianza y planta cara a Pekín

David contra Goliat. El artista y disidente chino Ai Weiwei prosiguió ayer su particular lucha contra el Gobierno de Pekín. Depositó una garantía de 8,45 millones de yuanes (983.200 euros) para poder recurrir la acusación de evasión de impuestos de que es objeto por parte de las autoridades del país asiático.

Él duda, no obstante, de que su recurso prospere y no descarta tener que abonar los 15 millones de yuanes (1,7 millones de euros) que le exigen.

Ai Weiwei y sus abogados defensores vivieron ayer un día de nervios. Vencía el plazo de dos semanas para recurrir la multa que le habían impuesto las autoridades, y los responsables de la Oficina de Impuestos le habían advertido que si no pagaba trasladarían su caso a la policía, que podría detenerle de nuevo.

El artista presentó a primera hora de la mañana un certificado bancario en el que se garantizaba que disponía de la cantidad de dinero necesaria para poder pagar la fianza y recurrir la acusación. Pero fue rechazado. Al igual que no fue admitida como garantía la vivienda de su madre. Los funcionarios le exigieron un ingreso en efectivo.

Ai y sus abogados no querían ingresar la fianza en una cuenta de la Oficina de Impuestos por temor a que se interpretara como una admisión de la culpa. Finalmente aceptó pagar después de que le aseguraran que esta suma no constituía el pago de una parte de los 15 millones de yuanes que le reclama el fisco chino.

En total ingresó 8,45 millones de yuanes (983.200 euros), la práctica totalidad del dinero que ha reunido a partir de las donaciones que le han hecho llegar casi 30.000 simpatizantes. Una cifra que este artista de 54 años ha prometido devolver.

A partir de ahora, este intelectual y disidente dispone de 60 días para reclamar la revisión de su caso. Las autoridades le detuvieron el3de abril en el aeropuerto de Pekín cuando se disponía a salir del país. Le mantuvieron bajo arresto 81 días en paradero desconocido sin cargos, lo que provocó una oleada de protestas internacionales. Fue puesto en libertad bajo fianza, tras ser acusado de crímenes económicos, el 22 de junio. Y hace dos semanas se le comunicó que debía pagar 15 millones de yuanes (1,7 millones de euros) en concepto de impuestos atrasados y multa por no haberlos abonado.

Ai, no obstante, es pesimista con su apelación. Cree que no prosperará y que al final deberá abonar los 15 millones de yuanes. "Hasta ahora, todo el proceso, cada paso, ha sido ilegal e irracional. No ha habido ninguna explicación, así que es muy difícil confiar en que el recurso para que se haga una revisión administrativa vaya a tener una respuesta razonable", declaró a Reuters.

El artista comentó que, aunque haya pagado la fianza, las autoridades "pueden detener el proceso. Incluso aunque haya pedido una revisión administrativa, pueden ignorarme. Así que no tenemos ninguna esperanza. Lo único que podemos hacer ahora es hacer público este asunto para que la gente lo sepa", agregó.

Ai Weiwei cree que Pekín le acusa de evasión fiscal por "motivos políticos" y describió su caso como un partido de fútbol, en el que juega él solo contra el Gobierno. "Sabes que no vas a ganar, porque eres una persona jugando contra un equipo entero. Pero a veces ellos no tienen mucha habilidad y pueden pasar la pelota al equipo contrario. Por ejemplo, con las aportaciones de la gente. Ellos no pensaban que iba a ocurrir algo así", señaló.

Este pesimismo no le impidió, sin embargo, filmarse cantando y bailando una canción calificada de insulto por el régimen de Pekín, a petición de un prestamista.

En el vídeo, que circula por YouTube, el artista entona la versión infantil de la canción que se ha convertido en un símbolo popular del sarcasmo chino: Cao Ni Ma,literalmente hierba, barro y caballo, pero cuya pronunciación en chino se parece a "jode a tu madre".

Bajo la sintonía de Los Pitufos,los juegos de palabras que entona Ai insinúan insultos contra la censura de Pekín. Al final, unos subtítulos invitan a la gente a "aportar recursos para ser acreedor del Dios Ai".Todo un desplante para Pekín.

16-XI-11, I. Ambrós, lavanguardia