marihuana legal en Copenhaguen

Copenhague dio la semana pasada un paso adelante  hacia la legalización de la marihuana. Su Ayuntamiento, que está gobernado por el centroizquierda, aprobó por 39 votos a favor y sólo nueve en contra una propuesta piloto que prevé retirar las multas al consumo de este tipo de drogas y establecer una serie de puntos de venta legales que estarían regulados y administrados por el Estado. Antes de entrar en vigor, no obstante, el plan tendrá que superar la votación del Parlamento, donde no todos los miembros de la mayoría socialdemócrata que lo lidera ven el proyecto con buenos ojos.

El modelo a seguir será parecido al que utiliza Suecia con las bebidas alcohólicas, que sólo se pueden vender en tiendas especializadas y bajo una estricta supervisión del Estado. Por lo demás, estará prohibida la venta a menores de 18 años y, en el caso de los adultos, sólo se podrá comprar una cantidad limitada. Una comisión de expertos concretará ahora los últimos detalles antes de someter la propuesta definitiva ante el Parlamento.

"Nuestro objetivo es acabar con el control de las bandas criminales", explica a La Vanguardia el socialdemócrata Lars Aslan Rasmussen, uno de los principales impulsores de la propuesta. En la actualidad, son las bandas de moteros, como los Hell Angels (Ángelesdel Infierno) o ciertas mafias de inmigrantes las que se reparten el lucrativo negocio de las drogas blandas, que genera unos 200 millones de euros al año. En este contexto, no son raras las luchas de territorio, que más de una vez derivan en tiroteos y asesinatos entre grupos rivales.

Más allá de quitarles de las manos el botín y reducir así la violencia callejera, Rasmussen considera que la iniciativa servirá también para ayudar a los adictos. "Es mucho mejor que quien les venda sea un ente estatal en lugar de un traficante, que además de no tener ningún interés en ayudarles lo único que quiere es ganar el máximo dinero posible". Por el contrario, los centros de venta legales contarían con programas de atención al consumidor, cuyo objetivo sería ayudarles a desengancharse. "En realidad, el hachís no es más peligroso que el alcohol y sólo una pequeña parte de sus consumidores padece adicción". Aun así, un mayor control estatal reducirá el consumo en términos generales y el grado de adicción de quienes están más enganchados, que al mismo tiempo correrán menos riesgo de pasarse a las drogas duras, que es lo que ocurre cuando quienes se encargan de la venta son los delincuentes.

Por el momento, el proyecto se implantaría sólo en Copenhague durante tres años. Si funciona, la idea sería extenderlo luego al resto de Dinamarca o incluso promoverlo a nivel europeo. Mientras tanto, sólo podrán comprar el producto los daneses o los extranjeros que residan en la capital danesa, a fin de evitar que Copenhague se convierta en una especie de meca de la marihuana, tal como sucede con Amsterdam. Tras la aprobación por parte del Ayuntamiento, la propuesta será debatida en febrero por el Parlamento, que tras las últimas elecciones está liderado por la coalición de centroizquierda. Su aprobación definitiva, por lo tanto, parece estar más cerca ahora que antes, aunque todavía es pronto para cantar victoria, dada la posición contraria que han manifestado ya algunos parlamentarios socialdemócratas.

22-XI-11, G. Moreno, lavanguardia