El enfermo italiano que pedía la eutanasia muere en huelga de hambre
Giovanni Nuvoli, de 53 años, llevaba cuatro postrado en una cama sin poder moverse. Padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA). El lunes, después de meses pidiendo que se le desconectara el respirador artificial que le mantenía vivo, falleció. Reclamaba su derecho a morir dignamente. Cumplió su deseo pero después de una huelga de hambre y sed. Su muerte ha reabierto el debate sobre la eutanasia en Italia.
"Ha sufrido como un perro", declaró la esposa de Nuvoli, Magdalena Soro, que aseguró que su marido falleció el lunes en Alghero (Cerdeña), tras tomar la decisión de no ingerir alimentos ni líquidos el pasado 16 de julio. Antiguo representante de comercio y árbitro de fútbol, Giovanni Nuvoli padecía ELA desde hacía siete años. Hace cuatro no se pudo levantar más de la cama en la que permaneció hasta el pasado lunes. Había solicitado poner fin a su "tortura" en una carta enviada al presidente de la República Italiana y a los principales periódicos italianos.
Según Marco Pannella, cofundador del Partido Radical italiano, todo estaba dispuesto para que un anestesista llevara a cabo la petición de Nuvoli de que se le aplicase un sedante y ser desconectado de los aparatos que le mantenían con vida. Sin embargo, a principios de mes la policía italiana intervino para evitar que se repitiera un caso parecido al de Piergiorgio Welby, el enfermo que murió en diciembre de 2006 después de que se le desconectara el respirador. En Italia, la colaboración para provocar la muerte a un enfermo está prohibida, pero el derecho a rechazar los cuidados está reconocido por la ley en el artículo 32 de la constitución.
Tras la intervención de la policía, Nuvoli empezó a rechazar la comida a modo de protesta, según el relato de su esposa, que explicó que el respirador al que estaba conectado permanentemente el enfermo estaba funcionando en el momento de su muerte. "Se ha dejado morir", aseguró Soro.
La muerte de Nuvoli, como ya ocurrió en su día con la de Piergiorgio Welby, ha reabierto el debate en Italia sobre la legalización de la muerte asistida y la necesidad de introducir el llamado Testamento Biológico o Vital, una declaración anticipada de las voluntades sobre cómo ser tratado en caso de enfermedades crónicas, como es la ELA que padecía Nuvoli.
El suceso ha provocado también numerosas reacciones en la opinión pública italiana, sobre todo teniendo en cuenta que la defunción de Nuvoli llegó pocas horas después de que trascendiera la decisión judicial de no procesar al médico anestesista que sedó y desconectó el respirador de Welby. El europarlamentario del Partido Radical, Marco Cappato declaró que los últimos momentos de Nuvoli fueron "mucho peores" que los de Welby. "Ha muerto de un modo indigno, como no se toleraría que muriera ni un animal, y ha sido todo por decisión obligada del Estado italiano", subrayó Cappato.
agcs, elpais, 25-VII-07.
Tras una huelga de hambre, murió un italiano que pedía la eutanasia
Giovanni Nuvoli murió de hambre. Maddalena Soro, su mujer, utiliza el término "inanición", pero el sentido es el mismo. Nuvoli, un ex árbitro de fútbol de 53 años, sufría desde hacía tiempo de esclerosis lateral amiotrófica, y falleció este lunes en su casa de Alghero (Cerdegna) "en paz" y con la ayuda de nada más que algunos sedantes. Su mujer, sin embargo, da cuenta de su sufrimiento. "Giovanni ya no sufre más. No comía desde el 16 de julio. Se dejó morir".
En los últimos meses, Nuvoli había recibido el "testimonio civil" de Piergiorgio Welby. Ambos sufrían de la gravísima patología degenerativa que ataca a un grupo específico de células de la médula espinal causando una atrofia muscular que lleva a una parálisis progresiva de las cuatro extremidades y de los músculos comprometidos con la masticación y la palabra.
Al igual que Welby, Giovanni Nuvoli luchaba por que respetaran su expresa voluntad. "Quiero morir sin sufrir, mientras duermo". Estas son las palabras que hizo escuchar el 24 de abril pasado a través de un sintetizador vocal, con el que contaba desde hacía meses y que fue el único medio de comunicación con su mujer. Pero al contrario de lo que ocurrió con Welby (ver Antecedentes), el deseo de Nuvoli no encontró a nadie que lo escuchara, ya que la atención que despertaba este caso hizo que las autoridades ejercieran una "discreta" aunque constante vigilancia para evitar un "bis".
Una repetición con el consecuente riesgo de suscitar una polémica, como la que vivió el anestesista Mario Riccio, que fue el que desconectó el respirador que mantenía con vida a Piergiorgio Welby y a quien este lunes la justicia romana absolvió del cargo de homicidio.
Como había revelado días pasados Marco Pannella -del Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa-, hubo un intento por satisfacer el pedido de Giovanni Nuvoli el 11 de julio pasado, cuando un anestesista estaba listo para retirar el respirador, pero no pudo hacerlo por la intervención de los carabineros.
La mujer de Nuvoli precisó que en el momento del deceso el respirador estaba funcionando y la muerte fue una consecuencia del empeoramiento de su estado. Nuvoli rechazaba alimentos y agua desde hacía una semana.
Según declaró Marco Cappato, parlamentario europeo y secretario de la asociación Luca Coscioni, "Nuvoli murió de una forma indigna -como un animal- por elección deliberada del estado italiano. Cuando el médico anestesista de la asociación Luca Coscioni, Tommaso Ciacca -por pedidos reiterados de Nuvoli y luego de diversas visitas de los especialistas- visitó su casa para desconectar el respirador las fuerzas del orden se lo impidieron. Es la Italia de los defensores de la "buena tortura", en oposición a una "buena muerte".
clarin.com, 25-VII-07.
Pedía eutanasia y muere en huelga de hambre, eluniversal.com.mx, 24-VII-07.
Di seguito il dossier completo sulla situazione clinica di Giovanni Nuvoli:
1- La tortura di Stato
2- Gli ultimi eventi
3- Il Diritto di dire basta
4- Ma di cosa è colpevole?
5- Lettera aperta
Ascolta la conferenza stampa