´Amado carcelero´, Màrius Serra

Uno de los debates más absurdos que suscitaron U los pasados Juegos Olímpicos de Pekín fue quién sería su rey león: si el estadounidense Michael Phelps o el jamaicano Usain Bolt. Hubo incluso quien añadió al manacorí Rafa Nadal entre los grandes iconos pekineses. Por cierto, que manacorí es un gentilicio que está triunfando por pura eufonía; ya me gustaría a mí ver qué pasaría si el bueno de Nadal hubiese nacido en Felanitx, que está a pocos kilómetros de Manacor. La cuestión es que los cronistas amantes de los rankings insisten en alimentar el tópico de que los protagonistas absolutos de unos Juegos Olímpicos son los atletas. Y no es así. O ya no. Esa es una visión decimonónica, que durante el siglo XX no supimos superar, pero que poco a poco quedará atrás. En este siglo XXI los verdaderos protagonistas de los eventos serán quienes los cuenten. En Pekín ya hemos asistido a algunos episodios que permiten intuir por dónde irán los tiros en el futuro.

Mi modesto consumo olímpico de este verano tuvo un momento clave que me lo hizo ver claro. Fue cuando el periodista de TVE Amat Carceller entrevistó, por decirlo al modo clásico, al atleta Manolo Olmedo, tras quedar este eliminado de su prueba. ¿Lo recuerdan? Carceller ya llevaba días ejerciendo de Risto Mejide en el aburrido género periodístico de bajar al tartán a tomar declaraciones a tipos y tipas jadeantes que acaban de pegarse un corrido. Su estilo era deslumbrante: valoración crítica de la actuación del atleta en un tono entre jocoso y mocoso (por los mocos que pegaba), con preguntita retórica final. Olmedo se fue encendiendo con las opiniones negativas de Carceller y, tras asegurar que su táctica (la misma que le comportó la eliminación) había sido perfecta, le soltó: "El que complica las cosas eres tú, que estás haciendo daño al atletismo y en la villa eso se comenta". Luego se fue tal como había venido. Corriendo. Amat y sus compañeros de transmisión se ensañaron con el atleta. Incluso hubo uno que sentenció: "Si no aceptas las críticas, no compitas, macho" (y si no mentó literalmente el género, su tono casi lo exigía). Luego descubrimos que el conflicto era universal, hasta el punto que un atleta esloveno lanzó agua sobre un sediento periodista de su país.

Estas duras tardes de septiembre tal vez podamos revivir algún momento tan egregio como aquellos, porque el gran Amat Carceller forma parte del equipo que retransmite la Vuelta Ciclista a España. De momento, la experiencia de Carlos de Andrés, que es un sabio en la materia pero aún gasta el tono del siglo pasado, lo ha impedido. Pero no descarto que en breve podamos disfrutar de alguna entrevista-moco. Ya me imagino a Carceller plantado a media ascensión del Angliru para criticar la táctica de Valverde justo antes de hacerle una entrevista en profundidad mientras el murciano se retuerce asfixiado sobre la bici: "¿Qué, vas mal, eh macho?" y preguntas por el estilo. El modelo de los Juegos Olímpicos ha inspirado multitud de competiciones deportivas: que si los Juegos Paralímpicos, los Panamericanos, los Special Olympics, los Juegos para policías y bomberos, los Juegos de gais, lesbianas y transexuales... De lo visto en Pekín podemos colegir que en un futuro no muy lejano los entrevistadores innovadores como Amat Carceller se vestirán de corto para lanzarse a competir. Ya sé que mi punto de vista puede parecer un artículo-moco gratuito, pero, parafraseando a su compañero, "si no aceptas las críticas, no retransmitas, macho".

2-IX-08, Màrius Serra, lavanguardia