10 de octubre de 2008: “Esta cita es una ocasión preciosa para recordar la dura batalla llevada en las Naciones Unidas con la contribución decisiva de Italia para la aprobación de la resolución sobre la moratoria de ejecuciones capitales y para renovar el compromiso de las instituciones y de la sociedad civil en no bajar la guardia”, se lee en el mensaje del presidente de la República, Giorgio Napolitano, con ocasión de la celebración en la Cámara de los Diputados de la jornada europea contra la pena de muerte, promovida por ‘Que Nadie toque a Caín’.
“Me complace añadir mi voz –sigue diciendo el jefe del estado- a las de quienes se baten, en Italia y en Europa, en esta lucha de civilización contra la persistencia en la esfera de la justicia de la cultura de la muerte”
Para el presidente de la República “es necesario ampliar más el frente de países abolicionistas y consolidar los resultados alcanzados con miras a la definitiva abolición de la pena de muerte. Aplaudo por tanto –concluye Napolitano- vuestra iniciativa orientada a robustecer, en la actividad política, la centralidad del ser humano y la inviolabilidad de su vida”.
“Con mi adhesión a esta jornada –ha declarado el presidente de la Cámara, Gianfranco Fini al abrir la celebración- intento explicar la sensibilidad y la atención con la que la Cámara de los Diputados apoya profundamente, más allá de las diferentes inspiraciones políticas de sus miembros, la batalla por la abolición universal de la pena de muerte.
Es un compromiso fundamentado en una experiencia antigua, y, en cierto sentido, gloriosa, porque, de un lado, puede corresponder directamente a nuestra identidad religiosa, y, de otro, saca su inspiración de la gran civilidad de la Ilustración jurídica, en cuyo nombre, en 1786, un estado italiano, el Gran Ducado de Toscana, abolió oficialmente, el primero en el mundo, la pena de muerte y la tortura”.
Recordando las fases de la lucha liderada por Italia para llegar a la moratoria universal de la pena de muerte aprobada por la Asamblea General de la ONU, Fini recordó que “En Italia, hace exactamente un año, se aprobó la ley constitucional que borró del ordenamiento jurídico la previsión de la pena capital en caso de guerra.
No hay duda de que la votación del pasado 18 de diciembre haya representado un momento altamente significativo de la acción de Italia en el mundo: sea pues reconocido el mérito a la diplomacia italiana y a quien la dirigía, el honorable Massimo D’Alema, así como a las asociaciones, como ‘Que Nadie toque a Caín’ que, con pasión y energía, han sabido implicar a la opinión pública internacional”.
“Confío en que, como ha anunciado recientemente el ministro Frattini, el gobierno italiano pueda hacerse promotor de una nueva resolución ante la Asamblea General que confirme la moratoria y abra el camino para ampliar el elenco de los estados abolicionistas”. Para Emma Bonino, líder radical y vicepresidenta del Senado, la de la pena de muerte es una batalla “larga y dura” llevada a varios niveles por la sociedad italiana y que ha obtenido buenos frutos gracias no poco al compromiso de las instituciones. Pero es una lucha que está sólo comenzando, hay que continuarla “con coherencia y determinación”.
Bonino no esconde su satisfacción por los resultados obtenidos a nivel mundial de la que define como una “batalla histórica”, pero mira al futuro próximo, a la “campaña de África” y a la presentación en la sede de la ONU de una nueva resolución. En esa ocasión, anuncia, “pediremos al Secretario General que señale a un enviado especial para la aplicación de la moratoria y que se pretenda de los países que aún aplican la pena de muerte la abolición del secreto de estado, porque con frecuencia no se sabe dónde, cuándo, porqué y con qué procedimientos se aplica la pena de muerte”.
Son estos, añade Bonino “objetivos sólo aparentemente pequeños y poco ambiciosos, pero es el camino que hay que seguir hacia la abolición de la pena de muerte”. A lo largo de este camino “ha sido importante el apoyo que hemos recibido de las instituciones, en particular del parlamento italiano”, añade la líder radical lamentando la ausencia de Romano Prodi “que ha sido importante durante toda la campaña”.
“Sólo cuando esta sed de justicia de la opinión pública halla oídos receptivos en las instituciones –subraya Bonino- se crean estas sinergias virtuosas que nos han hecho llegar hasta aquí”. En este sentido “es necesario reflexionar sobre la importancia de las instituciones y sobre cómo deben siempre mostrarse a la altura de sus deberes, sobre todo en temas difíciles”.
Y justamente “las instituciones han de ser defendidas siempre de intentos y tentaciones de deslegitimarlas”, subraya la líder histórica de los radicales. “Muchos están de acuerdo conmigo ‘como asunto de principio’, pero esta locución se emplea frecuentemente para hacer en la práctica exactamente lo opuesto. Nosotros los radicales –concluye con una alusión a la estricta actualidad- volveremos hoy a nuestro puesto en el pasillo de la comisión de vigilancia de la RAI para sostener la credibilidad del parlamento, clave de la vida democrática de nuestro país”.
El combate por la abolición global de la pena de muerte continúa, pero la diplomacia no puede llevarlo sola: es precisa también la contribución de la sociedad civil. Es la opinión de Massimo D’Alema, ministro de Exteriores en el momento en que, el pasado 18 de diciembre la Asamblea general de la ONU aprobó la moratoria de la pena de muerte, quien se dice “disponible a contribuir” en la lucha.
En su discurso, D’Alema recordó que en el Informe ONU Italia encabeza la lista de países que han hecho de la abolición de la pena de muerte un principio de su política exterior. “Debemos estar orgullosos”, dijo D’Alema. “No estamos primeros en tantas clasificaciones”. Así, el líder político recordó la fecha del 18 de diciembre de 2007 “una etapa histórica en una larga lucha que prosigue” aunque si “a un año de distancia de la aprobación de aquella resolución no podemos decir que haya quedado sin efectos. Varios países han abolido la pena de muerte, Albania, Argentina, Uzbekistán. Otros países han decidido abolirla al menos para delitos ordinarios. Hay un clima favorable: la presión de la opinión pública internacional, la vigilancia de la ON, crean un problema a las clases dirigentes de los países donde aún están en vigor la pena de muerte”.
D’Alema ha requerido al gobierno italiano a que apoye una nueva moratoria aunque la cuestión de la abolición global de la pena de muerte “es un reto complejo que no puede encomendarse exclusivamente a nuestra diplomacia. Yo estoy dispuesto a contribuir”. La batalla, en fin, “continúa. Hace falta pasión civil y política, hay que recurrir a la sociedad civil, a las nuevas generaciones, al mundo de la cultura”. “Seguiremos actuando –concluyó D’Alema- no contándonos con el elogio de la comunidad internacional: queremos que la pena de muerte sea extirpada de todas las partes del mundo”.
Durante la celebración se proyectó el cortometraje “15 Seconds”, escrito y dirigido por Gianluca Petrazzi y producido e interpretado por Raoul Bova.
En los once minutos de la filmación, Bova interpreta al detenido James que es llevado a la sala de la silla eléctrica, donde algunas personas asistirán, tras un cristal, a su ejecución.
Cuando el preso recibe la descarga e inicia su agonía, empiezan a sucederse las dramáticas imágenes de condenas a muerte que se producen en muchas partes del mundo, con el comentario fuera de cámara del escritor Erri De Luca.
“La política en este caso –explica el actor Raoul Bova- está próxima a los ciudadanos, y esto me emociona un poco porque no hay siempre este contacto. Este corto ha unido a tantas personas, y no sólo a tantos actores italianos que han decidido participar gratuitamente. Todos han dado su colaboración por el espíritu de compartir y del combate sobre este tema que se enfrenta tantas veces a la indiferencia”.
Raoul Bova hace proyectos: “tras el parlamento, esperamos llegar a las Naciones Unidas, no nos detendremos, seguiremos adelante”, aunque por ahora si espera, con la colaboración del Ministerio de Instrucción Pública, en su proyección en escuelas y universidades.
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