Craig Ewert fuerza avances en la legalización del suicidio asistido

Holanda, Bélgica y Suiza son los únicos países europeos que han autorizado el suicidio asistido. También en los estados norteamericanos de Washington y Oregón, mientras que en Japón fue autorizado por la Corte Suprema en 1995, aunque sólo bajo determinadas condiciones; pero, en los últimos años, el debate sobre el suicidio asistido y la eutanasia pasiva (no proporcionar o suspender un tratamiento, lo que conduce a la muerte) ha vuelto a abrirse a medida que se han hecho públicos determinados casos. En este punto se encuentra España, donde el Ministerio de Sanidad ha avanzado su intención de afrontar en esta legislatura un debate sobre el suicidio asistido y la muerte digna.

En un significativo pero polémico paso hacia la legalización de la eutanasia, el Gobierno británico ha anunciado que a partir de ahora no presentará cargos criminales contra las personas que asistan a sus seres queridos en el suicidio asistido cuando padezcan enfermedades terminales y su calidad de vida se haya deteriorado hasta el punto de contemplar la muerte como un alivio. La decisión coincidió ayer con la emisión (prevista para las 10 de la noche) de un documental que muestra por primera vez en televisión el suicidio asistido de un paciente de la clínica Dignitas de Zurich, que cobra 3.000 euros por ayudar a una persona enferma y sin posibilidades de recuperación a poner fin a su vida. La película, comprada por el grupo de comunicación Sky, que controla el magnate Rupert Murdoch, se llama Derecho a morir (Right to die)y fue rodada hace dos años por el director John Zaritsky, ganador de un Oscar.


Craig Ewert

La decisión de la fiscalía de descriminalizar en la práctica - aunque no en la teoría-el suicidio asistido es la respuesta del Gobierno a una importante corriente de opinión pública movilizada a raíz de dos casos ampliamente recogidos por la prensa: la muerte de Daniel James, un jugador de rugby de 23 años que quedó paralizado por una lesión sufrida en un entrenamiento; y la fallida petición de Debbie Purdy, de 45 años, con un caso terminal de esclerosis múltiple, de que los tribunales garantizasen que su marido no sería acusado si la ayudaba a morir.

A estos episodios se ha unido ahora la emotiva historia del académico norteamericano Craig Ewert, que en septiembre del 2006, a los 59 años, prefirió morir antes que seguir sufriendo una enfermedad neurológica degenerativa que paraliza el cuerpo progresivamente y que le daba una expectativa de vida de entre dos y cinco años. El documental emitido anoche por el canal de pago Sky Real Lives muestra cómo da un último beso a su esposa, Mary; le dice que la quiere, pide a las enfermeras que pongan música y a continuación toma con una pajita el jugo de manzana en el que van mezclados los compuestos químicos que precipitarán su final.

Los grupos contrarios a la eutanasia en el Reino Unido han denunciado la "glamurización" de los suicidios asistidos como un instrumento de los medios de comunicación para ganar audiencia, pasando por alto cuestiones éticas importantes y de difícil respuesta. "Se está desarrollando una fascinación macabra por el turismo de la muerte (a Suiza), como si acabar con la propia vida fuera algo encomiable - dice Peter Saunders-.Todo forma parte de una campaña para llevar la legalización de la eutanasia al Parlamento".

Es probable que el laborista lord Joffe presente el año que viene en la Cámara de los Lores un proyecto de ley para situar en un nuevo marco legal el suicidio asistido (actualmente penalizado por una ley de 1961), recogiendo la decisión gubernamental de no presentar cargos contra quienes ayuden a sus seres queridos a morir, y en la línea de las normativas ya vigentes en Suiza, Holanda, Bélgica y Luxemburgo, así como en los estados de Oregón y Washington.

Los activistas en pro de la eutanasia han recibido con entusiasmo tanto el anuncio de la fiscalía como el documental. Los padres del jugador de rugby que les rogó que le ayudaran a morir aseguran que "poner fin a la propia vida para evitar el sufrimiento debería ser reconocido como un derecho fundamental de cualquier ser humano".

11-XII-08, R. Ramos, lavanguardia