(su) silla vacía en la entrega del Premio Sakharov 2008 a Hu Jia

Una pantalla instalada en el hemiciclo del Parlamento Europeo trasladó hoy a Estrasburgo una luz de esperanza y libertad procedente de China. La esposa del disidente chino y activista por los derechos humanos Hu Jia, encarcelado en China, envió un emotivo mensaje a la Eurocámara desde su arresto domiciliario en Pekín, al que los eurodiputados dedicaron una cerrada ovación. En el centro de la tribuna de la Cámara, la silla vacía de Hu Jia asistió al evento.

Zeng Jinyan habló del delicado estado de salud de su marido y de su constante lucha en favor de los derechos humanos. También contó que la última vez que le visitó, el 21 de noviembre, les prohibieron hablar de la concesión del premio. "Se nos advirtió a los dos que teníamos prohibido hablar de que le habían concedido el premio Sájarov", aseguró.



El Presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, declaró que Hu Jia "fue nominado como representante de las voces silenciadas de China y Tíbet, pero hoy escucharemos esa voz".

También estuvo presente en la ceremonia de entrega del premio la viuda del Andrei Sájarov, Elena Bonner.

Representante de las voces silenciadas de China y Tíbet

Durante la apertura del evento, Pöttering aseguró que "hoy es un día en el que recordamos el principio fundamental de nuestra Unión como una fuerza por la paz, el progreso y los derechos humanos; como dijo el doctor Andrei Sájarov, es imposible alcanzar un de estos objetivos si los otros dos son ignorados". "Hablamos en favor de los derechos humanos como amigos del pueblo chino", subrayó el Presidente de la Eurocámara, subrayando que "sabemos cuánto podemos hacer juntos por la paz y el progreso".

"En 1998, uno de los primeros galardonados con nuestro premio, Nelson Mandela, estaba encarcelado. En 1988, también estuvo vacía la silla de Andrei Sájarov, y hoy tenemos aquí una silla vacía para Hu Jia", explicó el Presidente de la Eurocámara. "Hu Jia, ganador del premio Sájarov 2008, fue nominado como representante de las voces silenciadas de China y Tíbet, pero hoy escucharemos esa voz".

Zeng Jinyan, la voz de Hu Jia

En efecto, los eurodiputados pudieron escuchar un mensaje grabado de Zeng Jinyan, esposa del galardonado y también cyber-disidente, que se encuentra bajo arresto domiciliario.

"Quizá el Parlamento Europeo pensó en mi labor en las áreas del sida y el medio ambiente, porque lo que hice en términos de derechos humanos dista mucho de ser suficiente; necesitaré redoblar mis esfuerzos", declaró Zeng Jinyan en nombre de su marido.

Zeng Jinyan subrayó, por otra parte, que "a Hu Jia le gustaría ser el último preso de conciencia en China", pero lamentó que esto ya no pueda ser así. "A veces hay que pagar un precio muy, muy alto", admitió Zeng Jinyan, explicando que no sólo los activistas, sino también sus familiares, "son acosados por la policía, pierden sus trabajos o son sometidos a arresto domiciliario; y aún más grave, algunos han sido juzgados y condenados".

Su mujer relató que Hu Jia "dijo en varias ocasiones que le gustaría crear una red de apoyo a los familiares de los activistas por los derechos humanos para prestar apoyo moral a las familias y aligerarles la presión mental y vital a la que están sujetos". Por ello, aseguró que es su deseo "utilizar los 50.000 euros del premio Sájarov como punto de partida para crear una fundación de apoyo a las familias de los activistas por los derechos humanos".

Contar la verdad

"Hasta 2004, Hu Jia dedicó gran parte de sus esfuerzos a la problemática relacionada con el sida y el medio ambiente", contó su esposa, explicando que "desde 2004, la policía empezó a negarle frecuentemente la libertad de movimiento, y no tuvo más opción que participar en los movimientos por los derechos humanos desde su casa, escribiendo artículos y publicando informes".

"Durante todos estos años, lo más importante e interesante que hizo fue persistir en contar la verdad, nunca dejó de escribir de los hechos que observaba, nuca dejó de describir, una a una, las realidades que no pueden contar los medios de comunicación chinos", relató Zeng Jinyan.

Optimismo

La esposa del galardonado quiso resaltar que Hu Jia siempre ha conservado el optimismo. "Dijo pensar que China está atravesando el momento de mayor apertura de su historia; tanto si lo quiere el gobierno como si no, China se mueve hacia una sociedad democrática", afirmó, agregando que "estamos llenos de esperanza de que pronto podremos contemplar la llegada de una China abierta; estamos llenos de energía para que China se convierta en un país en paz".

Los Derechos Humanos, base de la civilización

Por su parte, la viuda de Andrei Sájarov Elena Bonner, ella misma una reconocida activista por los derechos humanos y la democracia, trasladó a los eurodiputados el convencimiento de su marido de que "la gente siempre debe seguir los dictados de su conciencia", y remarcó que "los derechos humanos son la base de la civilización".

Bonner también preguntó a los eurodiputados si todos ellos han "hecho lo suficiente para proteger a Hu Jia, su mujer y su hija del Estado con el que quieren establecer una relación".

Recursos audiovisuales:

Más información:

RENATA GOLDIROVA, 17.12.2008, EUOBSERVER / STRASBOURG - The jailed Chinese dissident Hu Jia has been awarded the European Parliament's top human rights award - granted since 1988 to those who stand up for fundamental freedoms - with a symbolic empty chair in the middle of the Strasbourg chamber due to his imprisonment.

"In 1988, one of our first prize winners, Nelson Mandela, was in jail. In 1988, there was also an empty chair for Andrei Sakharov. Here today, there is an empty chair for Hu Jia," parliament president Hans-Gert Poettering said during the ceremony on Wednesday (17 December).

Elena Bonner (l), the widow of Andrei Sakharov, was present as were former winners of the Sakharov prize which celebrated 20 years this year (Photo: European Parliament)

"Hu Jia was nominated as the representative of the silenced voices of China and Tibet, but today we will hear that voice," the president added, comparing him to dissidents in the former Soviet Union.

 

The prominent human rights activist and dissident in China has been active on environmental issues, HIV/AIDS prevention and he has also called for an official enquiry into the 1989 Tiananmen Square massacre.

Hu Jia - as well as his wife, Zeng Jinyan - already featured among the three finalists of the 2007 Sakharov price. The other two included Russian journalist Anna Politkovskaya and Sudanese lawyer Salih Mahmoud Osman.

Zeng Jinyan, currently under house arrest and without a passport, spoke to MEPs in Strasbourg via a recorded video message.

She said her husband, Hu Jia, was "very happy" to learn about the award, although he said: "Perhaps the European Parliament was thinking of the work I did in the areas of AIDS and the environment because what I did in terms of human rights was very far from sufficient and I will need to redouble my efforts."

Ms Jinyan described the Chinese legal system as "not satisfactory" and the rule of law as "disastrous", but at the same time expressed some optimism for the future.

"China was experiencing the most open period of its history ... whether the government wants it or not ... China is moving at great speed towards an open and democratic society," she said on behalf of her husband, pledging to use €50,000 Sakharov Prize as start-up money to establish a foundation to support the families of human rights activists in order "to ease their mental and life pressure to which they are subjected".

 

But Elena Bonner - the widow of Andrei Sakharov, who was also present at the ceremony - questioned the European Parliament's stance on human rights in every day politics.

"The European Parliament's stance on human rights are not principal. Out of principle, you can never compromise on human rights, even if oil, gas or economic crises depend on it. Human rights are the future of civilisation and the world," she told MEPs in Strasbourg.

Previous winners of the Sakharov prize include Nelson Mandela (1988), Alexander Dubcek (1989) and UN Secretary General Kofi Annan and all the UN staff (2003).