noticias falsas sobre raptos de niñas provocan ataques a gitanos en París

La combinación del racismo larvado y del poder manipulador de las redes sociales ha creado una situación insólita y alarmante en los suburbios del norte de París. La comunidad gitana ha sufrido violentas agresiones físicas después de que se propagaran unos delirantes rumores –totalmente infundados– de que unos gitanos estaban raptando a niñas para el tráfico ilegal de órganos.

Cuatro personas estaban siendo juzgadas anoche, por el procedimiento de urgencia, acusadas de participar en una expedición punitiva, el lunes, contra un grupo de gitanos que hubo de huir del pabellón que ocupaban por temor a ser linchados y se refugió en un garaje. Durante los últimos días ha habido apedreamiento y quema de vehículos, entre otros actos intimidatorios. Dos policías resultaron heridos en un operativo para detener a una veintena de agresores.

El rumor inicial, que se propagó como la pólvora a través de Facebook y de otros medios entre adolescentes y sus familias, hablaba de que circulaba una furgoneta blanca, conducida por gitanos, que se dedicaba al rapto de niñas y adolescentes entre Nanterre y Colombes, en la periferia oeste y norte de la capital. Todo comenzó por la denuncia presentada por los padres de una niña a la que un hombre en una furgoneta supuestamente guiñó el ojo y luego hizo marcha atrás.

De poco ha servido que tanto las prefecturas de policía como varios alcaldes de las localidades afectadas, como Sarcelles, hayan emitido comunicados advirtiendo que se trata de fake news, de noticias falsas. Se ha notificado expresamente a las escuelas, para que el mensaje llegue a los padres. Patrick Haddad, alcalde socialista de Sarcelles, reconoció ayer en la cadena BFM-TV que la teoría del complot es difícil de desmontar por completo, pues hay ciudadanos, muy desconfiados hacia el Estado, que todavía dan más credibilidad a los rumores si observan que las autoridades los desmienten.

Lo ocurrido es un exponente del clima en las banlieues de París, territorios socialmente muy difíciles, en los que cualquier chispa puede provocar el incendio. Los gitanos, que habitan en campamentos muy precarios, son víctimas propiciatorias del potencial de violencia que anida en estos barrios. La revuelta de los chalecos amarillos, en cambio , no ha prendido hasta ahora en estas zonas porque ha sido un fenómeno mayoritariamente de la Francia rural, de clase media baja francesa y blanca.

, París. Corresponsal 28/03/2019 - lavanguardia