desmanes del tramposo sistema electoral español

¿Castiga el sistema electoral español la fragmentación de la derecha? Aparentemente, no. El bloque de Sevilla (PP, Ciudadanos y Vox) ha sumado el 41,8% de los votos y ha obtenido el 42% de los diputados. Proporcional puro. El problema que señala la fundación FAES es otro: la fragmentación impide al bloque de Sevilla beneficiarse del premio que la ley electoral otorga a las provincias menos pobladas, básicamente ubicadas en la España interior. Un premio concebido en 1977 para garantizar a Unión de Centro Democrático un colchón de seguridad en el estreno democrático. El premio que se adjudicó Adolfo Suárez y que la izquierda española aceptó en la medida que la ley electoral adoptaba el método proporcional. El premio que los nacionalistas vascos y catalanes aplaudieron, puesto que también les beneficiaba. (Tanto es así que Jordi Pujol jamás quiso pactar con la izquierda una ley electoral específica para Catalunya que diese un poco más de peso a la provincia de Barcelona).

Coste del escaño según la provinciaEsa es la pérdida que lamenta la fundación de Aznar, ya que en esta ocasión el trampolín Suárez ha permitido al Partido Socialista obtener el 35% de los escaños con el 28,7% de los votos. Podemos, ahora cuarto partido, no ha tenido prima: con el 14’3% de los votos ha recibido el 12% de los escaños. La extrema derecha, quinta fuerza, ha sido la más perjudicada por la ley Suárez: con el 10,3% de los votos sólo se ha adjudicado el 6,8% de los escaños. Cabalgando la reconquista de España, Vox ha lanzado un montón de votos conservadores a la papelera. De eso se queja Aznar. Apunta el dato, Steve Bannon.

30-IV-19, Enric Juliana, lavanguardia