(peligroso) éxito de la huelga general en Hong Kong
Hong Kong se sumió ayer en el caos. La convocatoria de huelga general provocó numerosos problemas en el sistema de transporte de la megalópolis, así como la cancelación de más de 200 vuelos. Los manifestantes se congregaron en hasta siete distritos de la ciudad mientras las autoridades les acusaron de querer “destruir” el territorio semiautónomo y la vida de sus habitantes.
La excolonia británica, que vive su peor crisis política desde su regreso a China en 1997, encara el segundo mes de unas protestas que acaban cada vez con más frecuencia en enfrentamientos entre pequeños grupos radicales y la policía. Después de un fin de semana de disturbios, la jornada de huelga comenzó con el bloqueo de varias estaciones de metro en hora punta. Los manifestantes impidieron el cierre de las puertas de los convoyes para evitar su partida, provocando graves problemas en la red, que quedó paralizada durante horas.
“Han puesto a la ciudad al borde de una situación muy peligrosa”, dijo respecto a las protestas la jefa del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, en su primera conferencia de prensa en más de dos semanas. “Tienen como objetivo derrocar Hong Kong, destruyendo completamente las preciosas vidas de más de siete millones de personas”, acusó la dirigente, foco de las iras de los manifestantes tras intentar aprobar una ley de Extradición que permitía que los ciudadanos de la ciudad fueran juzgados en la China continental. Bajo el principio de “Un país, dos sistemas”, Hong Kong disfruta de libertades desconocidas en el resto del país. Pero cada vez hay más preocupación por lo que se percibe como un intento de Pekín por ejercer un mayor control.
Durante la tarde del lunes se llevaron a cabo siete manifestaciones simultáneas, un auténtico desafío para las fuerzas policiales, que las disolvieron con gases lacrimógenos. Más de 200 vuelos fueron cancelados debido a que un gran número de empleados avisaron de que se encontraban enfermos, un aparente signo de participación en la huelga. Varias arterias de la ciudad también quedaron bloqueadas, y muchas tiendas echaron el cierre.
Las autoridades anunciaron que, desde el pasado 9 de junio, 420 personas de entre 14 y 74 años han sido detenidas, algunas enfrentándose a cargos que pueden conllevar hasta diez años de cárcel. “El movimiento continuará creciendo hasta que el Gobierno responda”, dijo a la agencia Afp un participante en el paro, en referencia a las demandas de apertura democrática.
Más de 200 vuelos quedaron en tierra debido al gran número de empleados que dijeron estar enfermos
La huelga general, una rareza en este templo de las finanzas donde los sindicatos tienen poca influencia, tenía como objetivo demostrar a Pekín que, dos meses después, los manifestantes siguen firmes en su propósito. Mientras, la sombra de una intervención del ejército chino para aplastar la revuelta planea sobre la ciudad, tras las advertencias de la semana pasada.
06/08/2019 - lavanguardia